Casa de Vino / Castanheira and Bastai
Una bodega ya no es más lo que solía ser. Una vez conoció bodegas donde telarañas y polvo eran el símbolo del paso del tiempo y de los tiempos.
El tiempo, fue casi siempre el signo de calidad, como el vino que se preserva con el tiempo, en ese momento, fue un buen vino que mejoró aún más después de haber sido dejado allí por unos años.
Las bodegas están cambiando y no tiene espacio para el polvo ni para telarañas. Ahora son verdaderos laboratorios, regidos por estrictas leyes de empleo e higiene. Ellos obedecen una fina ciencia afinada de dosificación, control de temperatura, aceleración o ir más lento, con más o menos química. En algunos casos, una bodega es un lugar de verdadera alquimia.
La bodega de Casa da Torre ya existía, como un buen vino fue ya producido en la propiedad. Ellos producirán más vino, mejor y en acuerdo con las nuevas reglas provocaron el tener que replantear la vinería e inevitablemente engrandecerla.
El emplazamiento y la orientación son excelentes. La mitad enterrado en el sitio, su lado sur está protegido de la luz directa que resultarían temperaturas altas. El lado oeste también está protegido. El norte, cuenta con un gran muro de granito. Al este, esta el acceso y áreas de entrada.
La extensión sólo agrego lo que era necesario, tratando de respetar lo que ya estaba ahí. La transformación comenzó a nivel del techo: desde una compleja variedad de diferentes estructuras y planos, creándose una cubierta a dos aguas. Un vano de 18m forzó la introducción de una hilera de pilares centrales, que fueron no deseados e indeseables y se redujeron a un mínimo.
La estructura del techo en madera laminada es simple, a pesar de las cuatro barras que emergen de cada pilar para apoyar las vigas del techo.
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