La granja-rascacielos diseñada por dos arquitectos
Por su configuración modular, este prototipo ofrece viviendas rodeadas de vegetación, misma que sirva para alimentar a toda la colonia.
Tras dar un giro de 180 grados a su vida, los arquitectos
Fei y Chris Precht, dejaron Pekín para irse a vivir a las colinas de Austria, donde empezaron a sembrar y cosechar su propia comida.
Esta experiencia les hizo ver que podían plantear el diseño de una estructura vertical que combinara vivienda modulares y granjas verticales.
Así, su proyecto
The Farmhouse (La Granja) podría ser un gran impulso para devolver a las ciudades la actividad agrícola.
Para estos arquitectos, la granja “es un intento de volver a conectar a las personas en la ciudad con el proceso de cultivar nuestros alimentos. Desde la revolución industrial, nos separamos de nuestros alimentos y eso tiene un efecto nocivo sobre la salud de las personas y la salud de nuestro medio ambiente”.
Según sus investigaciones, en los próximos 50 años se consumirá más comida que en los últimos 10,000 años combinados y el 80% se comerá en las ciudades.
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Impulsar la agricultura en las ciudades no solo es una opción sino un imperativo ante semejante escenario.
“Si se cultivan alimentos dentro de la región, la cadena de suministro y el uso de envases se acortan. Los jardines apilados reducen la necesidad de convertir bosques, sabanas y manglares y permiten que las tierras de cultivo usadas se restauren naturalmente. Las granjas verticales pueden producir una mayor proporción de cultivo por área plantada. El clima interior de los invernaderos protege los alimentos contra las diferentes condiciones climáticas y ofrece diferentes ecosistemas para diferentes plantas”.
La granja planteada por Fei y Chris Precht aprovecha la cantidad de calor que generan los edificios para que crezcan plantas como papas, nueces o frijoles.
Al tratarse las aguas grises y de lluvia, la tierra de los invernaderos se enriquece, y los desperdicios pueden aprovecharse para hacer composta y producir más alimentos.
Para que este rascacielos-granja no pierda su carácter ecológico se aprovechan los paneles de madera laminada cruzada o CLT, que permiten una construcción modular, tanto en estructura como en acabados,
Al estar basada en un módulo triangular, The Farmhouse se prefabrica y luego se empieza a armar.
La estructura consiste en un kit básico en forma de A, en cuyas paredes de desarrollan 3 capas: una interior con acabados, electricidad y tuberías; otra intermedia con la estructura y el aislamiento y una exterior con elementos de jardinería y suministro de agua.
Las viviendas se desarrollan mediante los módulos A de tamaño dúplex, que proporcionan un gran espacio abierto en el primer piso para una sala de estar y cocina y una tienda de campaña.
El segundo piso es para dormitorios y baños.
Se trata de un edificio llamativo y muy original, que puede irse adaptando según las necesidades, al tiempo que crea una fuerte conciencia ecológica, indispensable para las épocas del calentamiento global.
Fuente:
The Farmhouse. (s.f.). Recuperado 25 febrero, 2020, de precht.at/the-farmhouse
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