Humor en la arquitectura. Albañil contorsionista
No sabíamos que para ser albañil también tenía que ser contorsionista!
Dicen que en la obra hay que ser rápido, ingenioso y, al parecer, contorsionista. Porque cuando los planos no cuadran, los materiales no llegan y las soluciones brillan por su ausencia, lo único que queda es la acrobacia improvisada.
Aquí tenemos a un maestro
albañil demostrando que no importa el obstáculo, siempre hay manera de seguir chambeando… aunque toque doblarse como pretzel.
Y ojo, esto no es falta de ganas ni de experiencia. Como bien dijo un comentarista: "Muchos arquitectos e ingenieros no se involucran en las etapas 'más simples' de la obra y no proveen los insumos para su óptima realización." O sea, los planos pueden estar bien bonitos, pero si en la obra no hay lo necesario, toca resolver con lo que hay… y con mucha elasticidad.
Así que, arquitectos, la próxima vez que diseñen algo, piensen: ¿se puede construir sin romper las leyes de la física? Porque si no, prepárense para ver más poses imposibles en la obra.
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