Edificio rosa en Tulum
Este conjunto de 4 edificios emplea recursos vernáculos para integrarse a un sitio turístico con características únicas.
El color es una característica propia de la arquitectura, un elemento que ayuda a distinguir a los edificios.
Dependiendo de la época histórica, el color puede ser más arriesgado o más neutro, según la moda o las tendencias.
Por ejemplo, es casi una verdad absoluta que el color rosa es una característica que distingue a la obra de Luis Barragán, un sello, una firma de autor.
Quizá por eso este conjunto habitacional en Tulum, Yucatán, sorprende por el tono rosa en sus paredes, que se obtuvo gracias al mezcla de estuco de cemento con un pigmento rojo.
Obra del despacho yucateco
Reyes Ríos +
Larraín Arquitectos, junto con Gabriel Konzevik, el conjunto consta de 38 departamentos, algunos de ellos con 2 o 3 recámaras, según las necesidades de sus habitantes.
Otro factor que hace destacar esta construcción es el gran patio interior, un cuadrángulo provisto de una piscina amorfa, flanqueada por grupos de árboles que proyectan sombras agradables para las épocas de más calor.
Dos grandes bloques de 4 niveles delimitan el terreno; uno más de 3 niveles cierra la parte oeste. Uno más, de apenas un nivel contiene los servicios del lugar.
Esta diferencia de alturas permite que la luz del sol se cuele hacia el gran patio.
Los bloques más altos están unidos mediante dos puentes, para así permitir el libre tránsito peatonal a través del patio.
Destacan los detalles de bambú, que se usa en barandas y celosías.
Sin miedo al color, este acabado rosa se integra perfectamente a la vegetación para crear un conjunto armonioso y equilibrado.
Así, queda claro que los todas las gamas de colores pueden usarse, siempre que se haga bien, tal y como hizo Luis Barragán.
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