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Tarjas: sin ellas no hay cocina

Cuando se diseña una cocina se piensa mucho en cómo lucirá y que materiales o colores se usarán, pero se piensa muy poco en que realmente sea una cocina funcional. Y entre las partes más importantes a tener en cuenta al diseñar la cocina debería de ser el lugar en dónde se instalará la tarja.
Tarjas: sin ellas no hay cocina ¿Por qué la elección de las tarjas de cocina es tan importante? Pues porque son el punto donde se lleva a cabo la limpieza de alimentos y utensilios de cocina que se usan a diario. Es el punto inicial y final del proceso de preparación de alimentos.

Es un área clave que, aunque muchos no lo crean, necesita una planeación concienzuda en su ubicación, ser instalada correctamente y estar hecha a base de materiales perdurables. Sin esta planeación, posteriormente se podrían sufrir de varias incomodidades o de gastos extra por cambios de última hora.



La tarja -también llamada fregadero o lavaplatos dependiendo de las regiones- es primordial, no puede faltar en la cocina, por lo que el lugar de su ubicación debe de ser tomado en cuenta.

¿Y dónde colocarlas?



Hay muchas variables y circunstancias que se deben de considerar.


(Con el paso de los años la idea de la tarja ideal ha ido cambiando)

Uno de los aspectos principales es la ventilación y por ello es conveniente colocar la tarja junto a una ventana. Y la ventaja no tiene nada que ver con poder admirar el paisaje mientras se lavan trastes. No, el beneficio tiene que ver con la salud.

Al respecto hay que considerar dos aspectos importantes: El proceso de lavado usa agua y jabón, al contrario de lo que muchos pueden creer, no siempre es suficiente para matar microorganismos. Algunos quedan en los restos de agua y solamente son eliminados hasta que el agua se seca por completo. Es por eso que una buena ventilación puede ayudar; Además, también hay que entender que por hacer limpieza de utensilios sucios con comida, los restos de esta se tienden a acumular en las instalaciones y orillas, sin una buena ventilación algunos de estos olores pueden impregnar la cocina con un resultado muy desagradable.



Otro aspecto importante a considera es una buena iluminación. Una ventana puede ayudar, pero también hay que considerar otros medios de iluminación artificial que faciliten el trabajo de aseo.

Finalmente hay que considerar una ubicación estratégica: no es conveniente que esta área esté demasiado cerca del área de alimentos calientes en cuanto a que no es del todo higienico juntar cosas que pueden estar crudas o sucias en la tarja con alimentos calientes. Se recomienda dejar un espacio intermedio que evite la contaminación. La ventaja de tener un espacio intermedio entre el área caliente y de la tarja es que facilita la limpieza.



En la actualidad se acostumbra poner la tarja en una isla central, en lugar de poner en la isla central la estufa. Esto por dos motivos importantes: Es práctico tener la tarja mientras se cocina con solo girar, así si se requiere limpiar rápidamente un utensilio mientras se cocina se puede hacer sin descuidar los alimentos que se están cocinando. Además ante una emergencia por quemaduras y fuego, se tiene acceso rápido al agua lo que puede ayudar.

Otro aspecto poco pensado, es que al ser en la actualidad la cocina un espacio familiar con acceso a otras zonas de la casa, como estancias de televisión o salas; es bastante cómodo que mientras se usa el fregadero para lavar, se pueda convivir o ver un buen programa de TV. Claro esto último va más con una idea occidentalizada de la cocina y su integración con la sala familiar.

En cuanto al espacio que ocupan como tal, suele variar dependiendo del tipo (individual o doble, con o sin escurridor) y diseño. Las tarjas pequeñas individuales pueden medir entre 38 x 38 cm, o variar entre los 60 a 80 cm. Ahora, si son dobles, es decir, si constan de dos pilas, pueden alcanzar hasta unos 120 cm como máximo.



Eso en cuanto a medidas de la tarja, pero también hay que pensar que dos personas en todo momento puedan estar hombro con hombro en la tarja lavando o ayudando. Para ello un espacio de 1.20m x 1.20 m es lo recomendado como medida mínima. Esto considerando el espacio posterior para que dos personas puedan moverse, quién usa la tarja y quién está preparando alimentos en la estufa.

Evidentemente esta medida depende enteramente del espacio para la cocina, pero solo se valora hasta que nos hemos visto en la necesidad de usar una cocina en la que solo una persona puede estar, no es nada práctico tener un espacio menor que eso, además de que puede ser peligroso que dos personas se empujen accidentalmente hacia el fuego u objetos calientes.



Tipos y materiales

Hay tarjas individuales -con una sola pila- o dobles. También existen modelos que incorporan escurrideros (un área plana o con ondulaciones y sin hendiduras que sirve para dejar secar la vajilla) aunque también muchos los utilizan para cortar o pelar alimentos. Los fregaderos que cuentan con escurridor pueden ser tanto individuales como dobles.

El diseño también varía, pues los hay con pilas redondas, rectangulares o cuadradas, así como algunos dobles que juegan con los tamaños y formas de las pilas, presentando una más chica que otra o con diferentes formas entre sí. Todo depende del gusto.
Y es que las tarjas cada vez combinan más lo funcional con el diseño, tanto que algunas incorporan una tabla para cortar de madera que encaja en las pilas, brindando confort y ahorro de espacio.



Ahora, sobre los materiales usados para su fabricación destaca el acero inoxidable. No solo son perdurables y brindan elegancia/modernidad, sino que son más comerciales, fáciles de instalar, con mejores precios y son fácilmente limpiables. La calidad de este material es importante a la hora de comprar, por lo que se debe elegir una buena marca.

También existen tarjas hechas a base de resina y/o cuarzo, aunque menos resistentes que el acero inoxidable. Igualmente, las hay de cerámica, perfectas para estilos más vintage, y aunque es un material muy bueno y resistente, debe cuidarse de golpes fuertes.
Otros de los materiales resistentes son el mármol o granito. Las tarjas fabricadas con estas piedras son fuertes y perdurables, y se hacen con un diseño concienzudo para encajar perfectamente con la encimera. Son más costosas, pero sumamente elegantes y de buena calidad.



Cuidados y precios

¿Se deben cuidar las tarjas?

Sí. Como cualquier otro elemento de la cocina, las tarjas deben tener un mantenimiento que dependerá mucho del tipo de material con el que hayan sido fabricadas.

Por ejemplo, si se trata de una tarja de acero inoxidable, se deben limpiar con productos que no sean abrasivos y cuidar de pasar esponjas de brillo en la superficie para evitar rayados. Los golpes fuertes en exceso pueden causar hendiduras en los escurrideros u otras áreas.

Las de cerámica, resina y cuarzo resisten rayones y temperaturas, pero son más sensibles a los golpes. Mientras que los de mármol o granito pueden mancharse si no se limpian adecuadamente.

Por otro lado, los precios pueden variar dependiendo del diseño, material y calidad. De acero inoxidable sencillas pueden ir desde los $ 600 MXN hasta los $ 4,000 MXN, si son elaboradas de forma más compleja.




































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