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Casa de concreto para los 5 sentidos

Inspirada como un hogar para los cinco sentidos, la casa Beaumont evolucionó como un proyecto de exploración.

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La vivienda está situada en un vecindario de uso mixto donde los dúplex residenciales conviven con edificios industriales pequeños a medianos. A pesar de la integración del proyecto, una serie de características distinguen el proyecto de otros edificios en el área.

La pauta es la sobriedad y máxima exposición al sol.

Vista desde la entrada principal, la casa de desarrolla en dos volúmenes de concreto de dos pisos cada uno.

Una característica de la casa es que casi todas las paredes son de concreto tanto en el exterior como en el interior, con aislamiento en medio.

Esta dureza se suaviza con el empleo de madera de cedro en el techo y de nogal para los muebles. Además, presenta lo que parece una extraña configuración.

El espacio central es un volumen más grande en el que la sala de estar de doble altura está definida por superficies de concreto y madera.

La suavidad de los gabinetes de nogal y el techo de cedro contrastan con las paredes de concreto con textura dura.

La paleta de materiales es reducida y disciplinada. Los techos y pisos de cedro se utilizan en todas partes.

En realidad, son dos viviendas, donde a una le corresponde el primer y el segundo piso, y a la otra el segundo y el tercero.

Se hizo así para que cada una tuviera tras exposiciones al sol en lugar de dos, en especial la orientación sur.

Con 297 metros cuadrados, este proyecto nos deja ver cómo se pueden diseñar 2 viviendas sin que volumétricamente se pierda unidad, pues vista desde fuera parece que se trata de una sola.

Aunque la superficie construida no es muy amplia, Henri Cleinge aprovechó la posibilidad de construir hacia arriba. Si se analiza la planta y luego las fotos, se observará que la casa no es tan grande, pero gracias al uso de dobles alturas el espacio se amplifica.