Celebran a la Santa Cruz
Con barbacoa de chivo o de borrego, además de un buen mezcalito y una fría cerveza, los albañiles festejan su día
Entre andamios, cemento, varilla, palas y cucharas, maestros de la construcción se preparaban para celebrar hoy el tradicional Día de
la Santa Cruz, por lo que en algunas partes de la ciudad, desde ayer ya se elaboraban cruces de madera adornadas con flores para ser colocadas en lo más alto de la obras.
En la mayoría de las áreas de trabajo, al mediodía se suspenden las actividades para dar paso a los festejos, en los cuales, ingenieros, arquitectos, albañiles y chalanes, son agasajados con una rica barbacoa de chivo o de borrego, sin faltar un aperitivo de mezcal o cerveza.
Los trabajadores de la construcción olvidan por un momento sus herramientas para celebrar el Día del Albañil, "la intención es que no pase desapercibido, aunque sea algo significativo", comentaron obreros entrevistados en distintas obras.
Cabe recordar que cada año en esta fecha se lleva a cabo esta celebración, por lo que desde muy temprano se puede observar en distintos lugares la venta de cruces de madera adornadas con flores y papel de china, la cual previo a ser colocada en lo alto de las obras, es bendecida.
Lo que sea su voluntad 
El maestro albañil Mario García Martínez, quien desde hace años se dedica a este trabajo, comentó "primero Dios espero pasar este día bien, si el patrón nos regala un pollo o lo que tenga a la mano, nosotros estamos contentos".
El maestro sube la escalera de madera, el calor del medio día es sofocante, se limpia el sudor de la cara, mientras otro de sus compañeros le arrima un polín que va a formar parte de la cimbra para colar el techado en una obra ubicada en el municipio de San Antonio de la Cal.
Como está la economía, reiteró don Mario, no podemos pedir más, únicamente que no pase desapercibido; simplemente lo que sea voluntad de ellos, externó.
Explicó que en la tarde se construye la cruz con madera del mismo trabajo, "hay que pintarla, adornarla y llevarla a bendecir, para que no nos haga falta el trabajo, poco pero que allá, aunque sea para comer, que es lo importante.
En un recorrido por diversas partes de la capital en donde se están realizando obras de construcción, se observaron los preparativos para la festividad, en la cual los trabajadores de la construcción olvidan por un momento sus obligaciones laborales.
"Éste es un día que se aprovecha para convivir entre los mismos compañeros, casi desde que entramos a trabajar y hasta que salimos no podemos platicar, éste es un buen momento para descansar, además, comemos lo que nos obsequia el patrón", comentó uno de los albañiles.
Satisfecho con su trabajo 
Don Mario dijo que desde hace 17 años se dedica a la albañilería de manera formal, lo cual le ha dejado muchas satisfacciones, ya que de ahí viene el bienestar de los hijos y para la familia más que nada.
"Yo estoy contento con mi trabajo, Dios sabe en lo que te pone, cualquier trabajo puede ser bonito, mientras se haga de manera honrada, es satisfactorio para todo".
En este tiempo, subrayó, ha escaseado un poco el trabajo de la construcción, pero no solamente de albañilería, sino en todas partes.
A nosotros no nos afecta que suba el material; sin embargo, creo que a los propietarios de las obras sí, por lo que tienen trabajos mal pagados y se estancan con el material.
Dignos de reconocerse 
El arquitecto de profesión, Agustín Enríquez Martínez Antonio, por su parte confirmó que en la obra se improvisa la mesa, los albañiles y los ayudantes se sientan en los tambos en donde acarrean la mezcla.
Luego viene la comida y las cervezas, esto es tradicional del 3 de mayo, sin embargo, antes los albañiles se ponen a elaborar la cruz de madera con materiales que utilizan en la construcción y ellos se encargan de llevarla a bendecir.
Otros trabajadores entrevistados manifestaron que el 3 de mayo es un día que casi no pasa desapercibido para ellos, ya que de cualquier manera tienen que estar laborando en alguna construcción, por lo que se dan un tiempo para celebrar a la Santa Cruz.
"El trabajo del albañil es digno de reconocerse, son personas que ganan bien pero que en ocasiones no cuentan con seguridad social, tampoco aspiran a tener una pensión, la mayor parte de su vida se la pasan trabajando", dijo don Melquiades, quien es el dueño de la casa que construye Mario.
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