La crisis en la Arquitectura resalta la importancia de los proyectos sociales
Diébédo Francis Kéré, Alejandro Aravena y Anne Lacaton coincidieron en que las personas son lo importante
PAMPLONA. La eficacia, la belleza, la estética y, principalmente, la sostenibilidad marcaron las cuatro sesiones que tuvieron lugar ayer en la segunda jornada del Congreso Arquitectura: más por menos, que se celebra estos días en Baluarte.
Los arquitectos Alejandro Aravena (Chile), Anne Lacaton (Francia) y Diébédo
Francis Kéré (Burkina Faso) comparecieron ayer ante los medios de comunicación para disertar tanto sobre sus propias conferencias como sobre el efecto de la crisis en la Arquitectura.
A este respecto, Anne Lacaton apuntó que antes de la crisis ya trabajaba con la misma actitud que tiene ahora, en el sentido de que su trabajo se centraba en "las necesidades sociales y las expectativas de la sociedad. Con la crisis no ha cambiado nada, lo que se ha producido son las consecuencias; es decir, se han parado proyectos. Lo malo de la crisis es que reducirá presupuestos, ambiciones e intenciones, y esto tendrá consecuencias para los más pobres, que verán como sus necesidades no se van a cubrir. En resumen, muchas personas utilizarán la crisis como una excusa".
Por su parte, Diébédo Francis Kéré se preguntó "por qué no podemos pensar y actuar antes de que llegue la crisis. Creo que la crisis tiene que ser como una alarma que debe despertarnos". Kéré también quiso puntualizar que para solucionar problemas globales como el actual, "debemos trabajar todos juntos. Nosotros construimos cosas que son visibles y afectan a las personas y, por lo tanto, esta alarma nos tiene que empujar a volver a nuestras raíces, buscar soluciones y seguir construyendo espacios para personas. En África debemos aprender a utilizar los recursos que tenemos, pero aquí también, y esa es una tarea en la que debemos trabajar juntos. Lo importante es que no hay que esperar a la crisis, sino actuar antes de que llegue". El chileno Alejandro Aravena, miembro del jurado de los premios Pritzker, afirmó que "lo primero habría que definir qué es crisis, ya que, por ejemplo en Chile, nunca se puede hacer algo que no sea estrictamente necesario. Por lo tanto, puede decirse que no hay crisis, sino una situación de normalidad. Es decir, hay problemas que, independientemente de la falta de recursos, no pueden no hacerse, como la construcción de vivienda social con cargo al presupuesto nacional. En la práctica, proyectos no necesarios aplazados han generado una migración de trabajadores hacia los lugares donde se están construyendo proyectos necesarios". Finalmente, Aravena apuntó, respecto a los criterios para otorgar el Pritzker, que "la excelencia, implica además de calidad otros conceptos como sostenibilidad. En este sentido, hay que tener en cuenta que los Pritzker son como la final olímpica de los 100 metros: todos bajan de 10 segundos".
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