Conjunción de lo aparentemente contrapuesto. Paisajes Geométricos

Concebida a partir de dos formas de representación divergentes: el paisaje y la geometría, esta serie de cuadros, aprehenden el lenguaje gráfico arquitectónico, que a partir de la perspectiva y el uso del color se convierte en espacio pictórico. La geometría en esta exposición, se constituye entonces como un medio, no de representación, sino de aproximación al paisaje.

Retomando la línea argumentativa de la abstracción de la segunda mitad del siglo veinte, la creadora pasa de largo las modas surgidas en los últimos lustros, para atacar de frente su obsesión perenne por la composición, matizada ahora por la búsqueda de una nueva paleta y por la inclusión del movimiento. La referencia arquitectónica como gesto pictórico, y la exasperante factura de precisión, establecen la continuidad con la obra anterior de la artista.

Convergencia de causas (en territorio desértico). 120x120cm. 2012.


Es notable en estos cuadros la ausencia de ironía posmoderna. No hay aquí ninguna referencia burlona a la historia reciente de la pintura. Ni se trata tampoco de una torpe reconstrucción o un intento más o menos logrado de generar la nostalgia de algún conocedor senescente. Estamos más bien ante una pintura autista, que no admite otro discurso que el suyo propio. Demasiado ocupada en el desarrollo formal, la pintora hace abstracción de la mirada del espectador, de sus manías y prejuicios.

El concierto subacuático. Óleo sobre tela. 120x165cm (díptico). 2012.


Si bien hay reminiscencias de lo que puede ser un paisaje o una arquitectura, la representación se contrapone a la materialidad del mundo como la revela la perspectiva renacentista. Líneas convergentes y divergentes, casi siempre rectas y un poco como dispuestas al azar, definen estructuras que se mueven hacia diferentes puntos de fuga, dispuestos por encima y debajo de múltiples horizontes, en los que el espacio fluye en todas direcciones, se extiende y vuelve sobre sí mismo.

Panorámica. Óleo sobre madera. 20x174cm. 2012


De esta manera, para la actual exposición viene a cuento aquella vieja ocurrencia de Marshall MacLuhan: aquí, verdaderamente, el medio es el mensaje. La pintura ahistórica de Valentina Olmedo exige una nueva inocencia, una forma de mirar hace tiempo olvidada, una mirada que premie la composición por encima, ya no de la representación, sino de la mera evocación.

Es en el territorio abstracto, entre líneas y planos, donde se conjuga lo aparentemente contrapuesto: la geometría determina una serie de artificios “tectónicos” con los que se hace posible la construcción de los Paisajes Geométricos.

Valentina Olmedo.
Nació en la Ciudad de México en 1974. De 1993 a 1998 estudió la Licenciatura en Arquitectura en la Escuela de Arquitectura y Diseño de la Universidad La Salle de la Ciudad de México. De 2000 a 2005 estudió la Licenciatura en Artes Plásticas en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda”.

De 1994 al año 1999 trabajó como arquitecta de manera independiente en diversos proyectos. Su trabajo como artista plástica está orientado hacia la pintura y el dibujo, disciplinas desde donde ahora aborda la arquitectura.

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