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Lina Bo Bardi, la arquitecta cultural de Brasil

Al salir de Italia, la creadora se refugió en Sudamérica, donde dejó un legado de importantes obras.
Lina Bo Bardi, la arquitecta cultural de Brasil En 1946, después de la guerra que, entre otros efectos, había derrumbado su estudio en Milán, la joven arquitecta italiana Lina Bo llegó a Brasil para encontrar refugio y buscar un espacio donde proyectar sus aspiraciones en el diseño, las artes plásticas y la construcción con orientaciones sociales.

“Ella propuso nuevos modos de relacionarse con la arquitectura y el diseño, en relación con la cultura, particularmente con la cultura popular. Buscó la necesaria renovación de la esencia de la modernidad en un momento de profunda revisión en países europeos. Sus trabajos para la rehabilitación de edificios históricos también abrieron un debate que permanece vigente", explica Renato Anelli, director adjunto del Instituto Lina Bo y Pedro Maria Bardi, que tiene como objetivo preservar el legado de esta arquitecta que vivió a la sombra de Óscar Niemeyer, el arquitecto más importante del panorama brasileño.

Para celebrar el centenario de su natalicio y con la intención de difundir la obra de esta edificadora de espacios culturales brasileños, desde el 12 de abril el Instituto inauguró la muestra Lina en su casa: los caminos, que por primera vez abre al público la residencia de la artista en forma de sala de exposición. Esta muestra estará abierta hasta el 17 de julio.

A través de varios objetos, se ilustra su biografía convulsa y contradictoria. En ella descubrimos que, tras colaborar con su colega Carlo Pagani en Italia, Lina Bo decidió viajar a Sudamérica junto a su amante, el periodista Pedro Maria Bardi. Este autoexilio llevó a Brasil a una exponente de la arquitectura modernista europea, derrumbada por la guerra, y a una de las creadoras de los más importantes espacios culturales.

Con su asilo en Brasil, que a lo largo de las décadas se transformó en un legado en las principales ciudades del país, Lina Bo Bardi se volvió una destacada partícipe de la modernidad brasileña, y algunas de sus obras se han convertido en centros de atracción del turismo cultural. Su legado incluye dos construcciones emblemáticas en Sao Paulo: el Sesc Pompeia, sede de las bellas artes, y su residencia particular, conocida como La Casa de Vidrio. En ambos aplicó las tendencias de la arquitectura modernista y del Bauhaus. También diseñó el Museo de Arte Moderno de Sao Paulo (MASP).

Algunas de las rehabilitaciones de edificios históricos que realizó incluyen el centro histórico de la ciudad de Salvador, en el estado de Bahía, y la casona colonial conocida como Solar do Unhão.

Anelli, quien junto a otros cinco arquitectos dirigió la institución que resguarda la obra de Bo Bardi, enumera las áreas en las que ella trabajó: diseño e ilustración editorial, escenografía de teatro y cine, y otras instalaciones culturales. No obstante, el Sesc Pompeia y el MASP son sus obras más significativas, representando la infraestructura cultural de la ciudad.

“La segunda y actual sede del Museo se convirtió en un ícono de la ciudad. Gracias a su notable estructura y la amplia plaza pública que cubre, fue elegida como punto de partida para los principales acontecimientos políticos del estado”.

El Servicio Social del Comercio de Brasil (Sesc), surgido con el impulso de los gobiernos de posguerra de José Linhares (1945-1946) y Eurico Gaspar Dutra (1946-1951), ha destacado como una opción para proporcionar servicios gratuitos a la población. El reto para Bo Bardi fue convertir una antigua fábrica de barriles metálicos en uno de los epicentros culturales de la ciudad. Esta misión, encargada en 1977, consistió en transformar dos amplias naves industriales en un espacio para las artes escénicas, música, exposiciones, cine y promociones.

Uno de los testimonios del trabajo que dirigió es un casco de construcción con su nombre y el logotipo del Sesc Pompeia, que se encuentra en exposición junto con una serie de objetos personales y su colección de arte.

La Casa de Vidrio

Ubicada en el lujoso barrio de Morumbi, al suroeste de Sao Paulo, la Casa de Vidrio guarda uno de los acervos más valiosos de Brasil. Es la sede del Instituto Bo Bardi, creado en 1990 para la preservación del legado de la arquitecta, quien falleció en marzo de 1992.



A 15 kilómetros del centro histórico de la ciudad, esta residencia modernista en la que Bo Bardi vivió durante más de 40 años es también una galería con una de las colecciones más diversas del país: desde esculturas originales de las culturas griega y egipcia, hasta pintura italiana de los siglos XVI al XXI y obras de artistas brasileños del siglo XX.



Libros, folletos, figurillas de latón, esculturas de madera y una piragua son algunos de los objetos que Lina Bo recolectó durante su vida en Brasil, distribuidos cuidadosamente por los curadores entre la planta baja y el primer piso. La residencia se levanta sobre una colina con senderos empedrados.



La parte trasera de la casa contrasta con el frente, que tiene ventanales amplios y una cimentación sostenida por pilotes de acero. Los muros encalados se complementan con postigos de madera verde, frente a un pequeño horno de piedra que antecede a un sendero hacia los cuartos de servicio y un pequeño taller de madera en el que se exhiben maquetas de las obras en las que participó.



Este instituto, dedicado desde 1990 a la preservación y difusión del patrimonio de Lina Bo y Pedro Maria Bardi, proyecta nuevas metas con el mismo espíritu de servicio social con el que la arquitecta transformó espacios públicos en las ciudades brasileñas.



“Actualmente tenemos un proyecto educativo en las escuelas cercanas a la Casa de Vidrio para divulgar el legado de Lina Bo Bardi y los aspectos arquitectónicos de su propia casa”, explica Sonia Guarita do Amaral, presidenta de la institución. El proyecto ha recibido apoyo del gobierno brasileño, así como de empresas como Petrobras.



En el futuro, Guarita planea expandir la influencia del Instituto a la favela Paraisópolis, situada cerca de la Casa de Vidrio. “Requiere un enfoque diferenciado y específico, pero lo lograremos”.





El trabajo de Bo Bardi en la arquitectura y el diseño dejó una marca indeleble en la infraestructura cultural de Brasil. Su legado sigue inspirando a generaciones de arquitectos, destacando la importancia de la sensibilidad social en cada creación.



















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casa de vidrio , 2024-05-13
Comentarios por: Carlos
iluminación
 
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