La Capilla Sixtina de la colonia Moctezuma

Cuando en 1999 Miguel Francisco Macías cumplió su sueño de viajar a Europa, al momento de ingresar a la Capilla Sixtina se dio cuenta de que las proporciones de la iglesia de su barrio, la iglesia del Perpetuo Socorro, eran prácticamente las mismas.

La única diferencia era la altura: la Sixtina mide 20 metros de alto; la de la colonia Moctezuma, 10.



Animado por la similitud, Macías regresó a México y le comunico sus intenciones al padre de la iglesia, quien aceptó el reto no sin antes advertirle que la iglesia no podría apoyarlo económicamente.

A pesar del nulo apoyo, incluso de los altas jerarcas de la iglesia católica, Francisco Macías reunió dinero entre los feligreses, amigos suyos y su propio dinero.

Instaló su taller en la azotea de la iglesia y comenzó a darle forma a su idea.

Con ayuda de arquitectos, dividió la bóveda de la iglesia en cuadrantes y eligió la mejor técnica, en este caso el acrílico.

Luego, como habría sido imposible pintar directamente la reproducción sobre la bóveda, como hizo Miguel Ángel, Macías decidió que lo haría sobre lienzos que luego pegaría al techo, tal y como se hace con el papel tapiz.

Así, pasaron 17 años hasta que en abril de 2018, tras la muerte de dos párrocos y diversas enfermedades padecidas por el autor, dio por terminada la obra.

El trabajo consiste en 14 réplicas de los frescos de Miguel Ángel, a quien le tomó 4 años terminar la obra.

Así, la colonia Moctezuma cuenta con un atractivo: una reproducción de la capilla Sixtina.

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