Capilla construida con 61 troncos de madera
A mitad entre escultura y arquitectura, esta capilla es en verdad un espacio para el silencio y el recogimiento.
Vista desde lejos, la capilla parece una serie de troncos apilados. Fue contruida al suroeste de Alemania, en Unterliezheim.
Al caminar por un sendero que lleva directamente a su única entrada, la capilla marca el límite entre el bosque y el espacio abierto.
El gesto escultórico es evidente, lo mismo que los cortes precisos en los troncos que por fuera conservan su rugosidad.
Una pequeña entrada lleva al interior que se mantiene casi oscuro, sólo iluminado por una abertura horizontal entre el límite de los troncos y la techumbre, a 7 metros de altura.
Abajo, una ventana hábilmente cortada, se convierte en la otra entrada de luz, así como la silueta de una cruz, muy delgada, y rellena de vidrio de colores, creando un efecto que hace que ésta parezca encendida dentro del espacio.
Los troncos se apilan sobre un basamento de concreto, que puede verse tanto afuera como adentro y que también sirve como banca al interior.
En total la capilla se formó con 61 troncos de abeto Douglas.
La capilla de madera es una de las siete paradas de descanso a lo largo de un sendero para bicicletas a través del Bosque Bávaro.
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