Una estructura que se eleva al cielo. Plaza-corredor inspirada en la arquitectura gótica
La trama urbana y su arquitectura son en buena medida memoria de la humanidad, por lo cual es importante conservar sus estructuras más representativas. Si bien la conservación del patrimonio arquitectónico es una tarea indiscutible, las ciudades no son unidades estáticas, por lo cual no es posible en muchas ocasiones perpetuar su imagen en la eternidad.
Las ciudades, son lugares en constante transformación, lo que supone cambios en sus estructuras para adaptarlas a las necesidades de la vida actual. Crear nuevas estructuras al interior de una ciudad antigua es sin duda una tarea muy complicada e incluso delicada, ya que puede cambiar por completo la imagen de una ciudad e irrumpir y afectar de forma negativa el contexto.
Para edificar una nueva estructura al interior de una ciudad antigua, los arquitectos deben analizar meticulosamente los sistemas constructivos, los materiales y los recursos formales que van a utilizar, para poder configurar un lenguaje que permita el diálogo entre las arquitecturas de diferentes épocas.
Un proyecto que ejemplifica la creación de un lenguaje contemporáneo que dialoga con la arquitectura del pasado es una plaza-corredor ubicada en el corazón de la ciudad de Gante, en
Bélgica y que fue diseñada por los arquitectos de la firma Robbrecht and Daem architecten y
Marie-José Van Hee en dos concursos organizados entre 1996 y 2005.
Después de dos campañas de demolición en 1913 y de un centro administrativo en los años sesenta, que nunca fue construido, el corazón del centro histórico de Gante, flanqueado por tres torres góticas, fue ocupado por décadas por un desolado estacionamiento.
La propuesta que hoy ocupa este espacio fue creada más que para proveer al sitio de una simple plaza abierta para eventos, como un espacio que pudiera rectificar y reinstaurar la presencia de las antiguas áreas urbanas que años atrás se habían hecho irreconocibles, de ahí lo que buscaron fue crear esta plaza-corredor.
El edificio, aunque ocupa un área de 24,000 m2 no invade el espacio, ya que su volumetría responde a la estética y a la escala de las construcciones adyacentes, que son la Iglesia de san Nicolás, el campanario y el ayuntamiento.
Diseñado como un espacio a cubierto, la plaza funciona como centro de reunión. El exterior de esta estructura fue diseñado de acuerdo a la estética de las edificaciones góticas que lo rodean, por lo cual su volumetría expone trazos largos que parecen ascender al cielo.
La plaza-corredor se levanta sobre cuatro pilares de concreto. Su fachada y techo exterior se construyeron madera, material que permitió integrar al edificio con su entorno histórico. Una fina capa de vidrio cubre y proteja la misma fachada, ofreciendo un brillo ligero, reflejando e integrando el cielo. En el interior se puede ver como la misma fachada integra pequeñas ventanas que iluminan con luz natural el interior del recinto.
La volumetría de la plaza-corredor fue inspirada en la arquitectura gótica belga, por lo cual las formas predominantes son los triángulos de ángulos agudos, que se perciben ligerísimos debido a la colocación vertical de las tablas de madera de la fachada, que por la escala de la propia estructura parecen delgados listones.
El hecho de haber levantado la cubierta sobre cuatro pilares de concreto enfatiza la sensación de ligereza, además de que permite la continuidad visual, ya que prácticamente todo el contexto puede verse sin obstrucción.
De esta manera, tanto el interior como el exterior de la plaza-salón demuestran que analizando meticulosamente el contexto, se puede llegar a una solución que si bien expone formas contemporáneas, se integra de manera exitosa a un contexto marcado por la historia, sin convertirse en un elemento aislado que rompiera con la arquitectura circundante.
Proyecto: Market Hall
Arquitectos:
Robbrecht en Daem and Marie-José Van Hee
Ubicación:
Ghent, Bélgica
Robbrecht en Daem,Marie-José Van Hee
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