Perlas ocultas de la arquitectura modernista
Los visitantes se pueden adentrar en viviendas únicas y muy diferentes entre sí todos los sábados de octubre 2014.
Bruselas, en el pleno corazón de
Bélgica, es una ciudad que ostenta las corrientes y estilos arquitectónicos más representativos de la época modernista por sus residencias construidas entre los años 1918 y 1972. Un total de quince viviendas edificadas por los europeos Van Der Meeren, Henry Van de Velde, Huib Hoste, Georges Volckrick y Louis Herman De Koninck se convierten en el escenario para celebrar la primera edición de la
Bienal de Arquitectura Moderna bajo el nombre de “Living in modern isms” (Viviendo en modernos ismos).
Descubrir la historia de la ciudad e impulsar el turismo interactivo. Ese es el concepto que maneja este evento en el que propios y visitantes conocerán a Bruselas como la joya de la corriente arquitectónica modernista. Durante el siglo XX en la capital belga se extendió la
arquitectura moderna abarcando una diversidad de estilos y corrientes entre los que destacan el modernismo con tendencia regionalista, el clasicismo modernista y el purismo.
En un principio los guías turísticos se iniciaron con el Art Nouveau característico del año 1920 y aunque esa época parecía no avanzar en relación a incorporar otras corrientes, tras la Primera Guerra Mundial se empezaron a levantar edificios con un estilo modernista de manera que los ciudadanos y los visitantes conocieran y apreciaran de cerca su valor y su cultura.
Conforme transcurría ese período los arquitectos se enfocaban en crear, diseñar y aplicar nuevas técnicas utilizando materiales de calidad, inclusive aplicando colores más optimistas que reflejaran la majestuosidad de los edificios históricos. Toda esta articulación de trabajo perseguía un objetivo: difundir la historia arquitectónica de la ciudad belga a través del recorrido por sus habitaciones y pasillos, de apreciar las remodelaciones que sufrían las edificaciones, del cuidado que recibían de los inquilinos y, sobre todo, del contacto directo con los propietarios; clave para conocer el modernismo arquitectónico en pleno corazón de Bélgica.
Desde entonces los edificios emblemáticos de Bruselas tienen la particularidad de converger en un sinfín de diseños, por ejemplo, los citadinos junto a los turistas pueden apreciar desde el edificio de altura construido en el barrio europeo en 1951 de la mano de J.J Eggericx y Raphal Verwilghen, un edificio bruselense ideado por Eggericx y Verwilghen hasta una vivienda unifamiliar luminosa rodeada de un espléndido jardín inspirado por Henry van Velde en 1933 son algunos de los rascacielos de Bruselas más icónicos por su estilo, confort y seguridad.
Leo Van Broeck, uno de los 15 propietarios de las viviendas dispuestas para la bienal y además arquitecto, reconoce que esta actividad va a permitir recuperar y renovar el estilo de construcción de la ciudad de Bruselas pese a la densidad de la población que hace vida dentro de cada uno de estos apartamentos.
La modernidad es el sello arquitectónico de esta capital política de la Unión Europea, pues acoge al Consejo Europeo, al Parlamento Europeo y a la Comisión Europea. Según narra Broeck, esta época modernista influye en una lucha en pro de las ciudades y su progreso con la finalidad de reunir en torno a ésta a su población.
La diversidad cultural de Bruselas la hace única, sin embargo, sus corrientes artísticas se pueden disfrutar a plenitud de cualquier forma; una de ellas es mediante el recorrido por las rutas en bicicleta que conducen hacia los barrios bruselenses de Schaarbeek, Woluwé-Saint Pierre e Ixelle en los que se ubica un grupo de viviendas de renombre.
Koen Verswijver, coordinador de la Bienal de Arquitectura Moderna “Living in modern isms”, manifiesta que cada una de las edificaciones arquitectónicas de Bruselas son piezas ideales de museo en el marco de la primera edición de este evento. “Recorrer y observar el interior de estas viviendas es una experiencia placentera y privilegiada, es como ver una casa por medio del agujero de su propia cerradura”.
Para los organizadores de la primera edición de la Bienal de Arquitectura Moderna denominada en esta oportunidad como “Living in modern isms” (Viviendo en modernos ismos), Bruselas se transforma en el epicentro propicio para revelar y difundir la coexistencia entre las tendencias arquitectónicas en una ciudad que ha sido el foco de cambios políticos pero que, ahora con el paso del tiempo, se prepara para exponer sus edificaciones modernistas dignas de admiración.
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