Una flor del desierto construida con contenedores
Son cada vez más comunes los proyectos resueltos con contenedores de ferrocarril, pues ofrecen resistencia, adaptabilidad a cualquier clima y no suelen ser costosos. En el desierto de California se construye una casa con forma de flor del desierto.
El destino de los proyecto es incierto; a veces se cancelan por problemas financieros o cuando el cliente prefiere invertir su dinero en otra cosa.
Algo así le ocurrió a James
Whitaker, arquitecto londinense, quien en 2010 diseñó un estudio con
contenedores de ferrocarril para una agencia de publicidad.
El proyecto se canceló al cerrar la agencia. Si esto hubiera pasado hace unos treinta años, Whitaker habría archivado los planos o quizá los hubiera destruido.
Sin embargo, con los renders de su proyecto a buen resguardo en la memoria de su computadora y en su sitio web, tiempo después, consiguió un nuevo cliente.
La historia es así: un director de cine, junto con un grupo de amigos, viajó al
Parque Nacional Joshua Tree —sí, como el disco de U2—, una reserva ecológica del desierto de California, donde posee un terreno de 36 hectáreas, enclavado en una zona rocosa, de profunda belleza natural.
Uno de sus amigos se quedó observando el entorno, sacó su computadora y mientras le enseñaba ese primer proyecto de Whitaker, le dijo que construir algo así, en medio del desierto, sería una magnífica idea.
Cuando el director de cine tuvo que viajar a Londres por cuestiones de trabajo, fue a ver a Whitaker para decirle que quería llevar su idea de la Selva negra alemana al desierto californiano y construir una casa con contenedores blancos. Tras ponerse de acuerdo, el arquitecto reorganizó el proyecto que, si toda sale bien, comenzará a construirse el próximo año.
La casa, de 200 metros cuadrados de superficie, contará con estancia, cocina, comedor, tres dormitorios, cochera con panales solares para generar electricidad, y una plataforma de madera en la parte de atrás a la manera de un patio que se mimetiza con las rocas, creando la sensación de continuidad, y donde se instalará una tina para bañarse al aire libre.
Aunque Whitaker dice que la casa tiene forma de estrella, por el emplazamiento en medio del desierto, también parece una enorme flor blanca, de esas que sobreviven a condiciones extremas.
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