Noticias : Arquitectura : 2001 a 2010 : 2010 : La Chatarra, materia prima del Arte y la Arquitectura del siglo XXI

Noticias de Arquitectura

La Chatarra, materia prima del Arte y la Arquitectura del siglo XXI

Desde hace algunos años, los materiales de desecho como papel, cartón, plástico, latas, objetos electrodomésticos y todo tipo de chatarras, que se generan por toneladas diariamente en las grandes ciudades, son utilizados por artistas, arquitectos y diseñadores para construir originales obras de arte
El estilo de vida de los ciudadanos contemporáneos, en el que el consumo de productos industrializados y material informático es cada vez más frecuente, tiene como consecuencia que diariamente se generen toneladas de desechos inorgánicos como: gran variedad de plásticos, cartón, papel, latas, basura informática y todo tipo de chatarras de difícil degradación.



Para un ciudadano promedio, tirar al cesto de la basura una lata de refresco o un periódico es un acto cotidiano, que realiza de manera automática sin pensar que los materiales que desecha podrían, ya en un corto lapso de tiempo, traer consecuencias funestas para los habitantes del planeta, ya que muchos de ellos deterioran gravemente el ecosistema, incluso desde que se fabrican.

Los periodos de degradación de la basura varían según las sustancias y materiales con que están hechos y con las condiciones del aire, la luz solar y la humedad. Por ejemplo, una lata de refresco o cerveza, demora 10 años en transformarse –en condiciones de mucha humedad- en óxido de hierro; el unicel o polipropileno demora unos 300 años; mientras que las botellas y bolsas de plástico –el material más rebelde para transformarse- tardan entre 100 y 1000 años.

Estos materiales, tan comunes en la vida cotidiana, se desechan diariamente por toneladas, lo que representa un enorme problema que es urgente resolver. Para ello es necesario que los habitantes de las grandes ciudades –que son los lugares en donde se genera más basura de este tipo- reorienten su estilo de vida en cuanto al tipo y cantidad de productos que consumen, pero sobre todo a partir de una cultura del reciclaje.

Desde hace ya algunos años, artistas, arquitectos y diseñadores, han tenido la iniciativa de unir el mundo de las bellas artes al reciclado y reutilización de residuos inorgánicos. Con creatividad, utilizan toda clase de desechos como materia prima de sus obras: botellas de plástico, papel, cartón, aparatos eléctricos, cd’s, y muchos otros materiales encontrados en la calle, en contenedores y chatarrerías que utilizan tanto de manera estructural como ornamental, lo que demuestra que jugar con los distintos tipos de materiales reciclados es una interesante vía de creación con la que los productos de desecho pueden reutilizarse para convertirse en arte.





Un ejemplo es la pieza denominada como Iglú, creada recientemente por el artista alemán Ralf Schmerberg, construida, casi en su totalidad, con alrededor de 300 refrigeradores viejos, colocados sobre una estructura de metal. La pieza, de 11 metros de diámetro, ubicada en la ciudad de Hamburgo, Alemania, surge como una crítica al derroche de energía eléctrica. El interior de la pieza, una serie de ventiladores, juguetes, tostadores, una televisión y una fogata, construyen un absurdo paraíso de electrodomésticos.





Otra pieza similar, es la denominada “Casa de la contaminación”. Esta pieza o centro cultural “chatarra” y su mobiliario fueron presentados este año en la feria Internacional de Arte “Artissima” y se construyeron a base de papel, ropa, electrodomésticos y muchos otros materiales de reciclaje.




En arquitectura también se han desarrollado interesantes propuestas a partir del reciclaje de materiales de desecho, un ejemplo es un edificio de oficinas para la empresa T-Bailey. Diseñado por el despacho Seattle Olson Kundig, el edificio será construido con placas y enormes tubos de acero reciclado, materiales que casi en su totalidad se dejaron aparentes para dar una imagen industrial y reducir al mínimo el uso de pinturas o recubrimientos tóxicos.




Los pabellones son de los espacios que con mayor frecuencia se construyen con materiales poco convencionales, por lo cual nos dejan ver una gran diversidad se originales soluciones. El pabellón de latas diseñado por la firma de arquitectura Young Designers para la Bienal de Urbanismo de Paisaje Bat Yam del año 2008 es un ejemplo de cómo con creatividad, un material tan común y corriente como las latas de aluminio pueden ser también un interesante recurso constructivo y estético.

El pabellón de latas se integra en un espacio público en proceso de urbanización, definiendo un punto de encuentro lúdico temporal construido con la reutilización de latas. Otro de los objetivos de esta obra es reivindicar el uso del espacio público como lugar de encuentro, como la sala de estar de la ciudad, proponiendo una analogía con el entorno domestico, subrayada por la aplicación de un material común, como son las latas.



Espressobar K, diseñado por Jan Jongert y Cesare Peeren, dos jóvenes estudiantes de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Delft, Holanda, es un proyecto que explora los límites del reciclaje de materiales y objetos. La envolvente que conforma este espacio se construyó principalmente con piezas procedentes de lavadoras viejas, piezas que se incorporaron tanto en el proceso de diseño como en el de construcción.




Una firma de arquitectura que durante varios años ha utilizado los contenedores reciclados como materia prima es LOT-EK, uno de sus más recientes proyectos es el Proyecto de Arte Público Anyang/Escuela Abierta (APAP Open School) en Corea del sur.

La APAP Open School es un espacio abierto para albergar una escuela abierta de arte, en la que los usuarios que asistan al curso APAP2010, no sólo serán visitantes sino espectadores y artistas a la vez. Un total de ocho contenedores de transporte marítimo organizan el espacio en tres niveles: En la planta baja, ubicada al nivel de la calle, la estructura se convierte en un anfiteatro, cuya gradería fue resuelta aprovechando la pendiente del terreno. La parte baja del anfiteatro se conecta a una escalera que recorre los diferentes niveles del edificio. En la parte superior del anfiteatro, se encuentra una mega-pantalla en donde se proyectará el contenido de las diversas exposiciones.
Con estos proyectos, sus creadores nos hacen ver cómo los materiales de desecho ofrecen un infinito potencial de soluciones artísticas y arquitectónicas, así como nuevos parámetros de relación entre el individuo, el arte, la arquitectura y el entorno.

Compartir artículo:

Lista de comentarios



Agregar un comentario

Por favor llene completamente la forma abajo, y nosotros agregaremos su comentario tan pronto como sea posible.