Basura Arquitectónica. Officina Roma, un espacio para reflexionar sobre el estilo de vida de las sociedades contemporáneas
Más allá de la configuración de paradigmas estéticos, la orientación de la producción arquitectónica del presente siglo supone la resolución de tres grandes problemas: la preservación e integración al medio ambiente, la búsqueda de sistemas constructivos más eficientes y económicos y el aprovechamiento de las energías naturales. Partiendo de esto, la casa es en términos de diseño arquitectónico una de las tipologías que plantea mayores y nuevas posibilidades.
Sin duda, las escuelas de arquitectura son decisivas para el desarrollo de los nuevos planteamientos habitables ya que por el carácter académico de los proyectos abordan la arquitectura y los problemas urbanos de una manera más experimental, desinhibida y sobre todo dejando al margen de las restricciones y las modas impuestas por los mercados inmobiliarios.
En muchos lugares del mundo las escuelas de arquitectura están funcionando como verdaderos laboratorios de investigación, orientando sus esfuerzos hacia la conformación de estructuras que si bien son definidas a partir rasgos formales complejos, también son resueltas mediante la utilización de materiales y sistemas constructivos considerados como “no convencionales” y que por lo regular son autosustentables, fáciles de conseguir y económicos, dando como resultado soluciones que en un futuro no muy lejano podrían permitir la creación de arquitecturas más accesibles para el grueso de la población.
En muchos casos los materiales de desecho son utilizados como materia prima de la arquitectura, plásticos, papel, hilos, textiles, objetos de
reciclaje, entre muchos otros materiales son aplicados sin cortapisas en el diseño de espacios muy originales y de gran poética. Un ejemplo de ello es el proyecto denominado como “
Officina Roma” diseñado por el despacho de arquitectura y urbanismo Raumlaborberlin y construido en tan sólo siete días con la ayuda de 24 estudiantes procedentes de diferentes partes de
Italia.
El proyecto, presentado en el contexto de la exposición Re-Cycle, Strategies for Architecture, City and Planet, presentada a comienzos de año 2012 en el Museo MAXXI de Roma, irradia una atmósfera de “emergencia” y que habla sobre la imperante necesidad de cuestional el estilo de vida de muchas de las sociedades contemporáneas, basadas en el individualismo, la competencia y la desmedida explotación de los recursos naturales.
Para su construcción los creadores del proyecto echaron mano de diversos objetos de desecho: botellas de vidrio, botes de plástico y metal, papel, cartón, etc., para aplicarlos tanto de manera estructural como ornamental, lo que demuestra que jugar con los distintos tipos de materiales reciclados es una interesante vía de creación con la que la basura puede reutilizarse para convertirse en arte. Es importante mencionar que esta estructura fue construida en un 90 % con material reciclado, lo que redujo el costo de la obra casi a la mitad en relación a una
casa tradicional.
Más de un centenar de botellas de vidrio fueron aplicadas tanto de manera decorativa como arquitectónica, conformando un muro envolvente y traslucido, que a la vez que aísla del exterior permite que la luz penetre hacia el interior de manera difusa. Las botellas fueron utilizadas a manera de tabiques y fueron unidas unas con otras con una mezcla de concreto.
Para la cubierta del edificio, se utilizaron unos tambos de metal cortados por la mitad y pintados con esmalte, que fueron dispuestos sobre una serie de vigas de manera similar a como se hace en el sistema constructivo de vigueta y bovedilla.
El dormitorio, ubicado en la fachada posterior de la casa, fue construido con puertas de automóviles usados que, junto con otros materiales reciclados, los muros de concreto burdo y los paneles de madera aparente, conforman una especie de “collage” con el que se enfatiza el discurso relacionado con la arquitectura de emergencia. Por cuestiones de seguridad, lo único que no proviene del reciclaje son las vigas, pilares y las columnas, todo el resto es material reciclado.
El programa arquitectónico del edificio consta de un dormitorio, una cocina y un taller de trabajo. El plan prescinde de una sala de estar, sin embargo cuenta con gran taller al centro que por sus características puede tener usos múltiples.
Con este proyecto, sus creadores hacen evidente cómo los materiales de desecho y los sistemas constructivos utilizados en la denominada arquitectura de emergencia, ofrecen un infinito potencial de soluciones artísticas y arquitectónicas, así como nuevos parámetros de relación entre el individuo, el arte, la arquitectura y el entorno.
Raumlaborberlin.
Raumlaborberlin es un colectivo dirigido por 8 arquitectos que se han unido en una estructura de trabajo colaborativa en la que se intersectan arquitectura, urbanismo, arte e intervención urbana. Su trabajo está dirigido principalmente hacia la renovación urbana, entendiendo la urbe no como un hecho sino como un proceso. Su principal objetivo está dirigido a lugares urbanos difíciles.
Lugares configurados entre diferentes sistemas, períodos de tiempo o planificación y que no pueden adaptarse. Lugares que son abandonados o en transición que contienen alguna relevancia para los procesos de transformaciones urbanas. Estos lugares son sus sitios de experimentación pues consideran que tienen un potencial sin explotar que por ello intentan activar o que abren nuevas perspectivas para los patrones de uso alternativo, ideales colectivos, diversidad urbana y la diferencia.
Para sus proyectos, forman equipos integrados por expertos interdisciplinarios que incluyen también a los residentes de la ciudad pues consideran que ellos también son especialistas que aportan información valiosa acerca de la historia, temores, deseos, necesidades existenciales, así como los déficits, que existe como una red invisible sobre un lugar o situación específica. Trabajando de este modo forjan alianzas activas entre los actores locales y los expertos externos que les permiten descubrir nuevas áreas de acción y abrir nuevos campos de experimentación, cuyas posibilidades prueban y examinan colectivamente.
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