Los cholets del arquitecto más transgresor del mundo: Freddy Mamani
A sus 46 años, el arquitecto Freddy Mamani puede presumir de haber inventado una corriente arquitectónica que resume la idiosincrasia de los aimaras, habitantes de la meseta andina del Lago Titicaca, y que se agrupan en Bolivia, Perú y Chile.
Los “
cholets”, terminó que fusiona las palabras chalet y cholo, son construcciones mixtas que cuentan con locales comerciales en planta baja, salones de fiesta hasta para 1,000 personas, canchas de futbol sala o piscinas en el primer nivel (por lo general a doble o triple altura), después departamentos en renta, y por último un chalet donde viven los dueños del inmueble, con vista hacia la cordillera andina.
Esta nueva burguesía, o “choliburguesía” necesita de edificios que reflejen su visión del mundo, y
Freddy Mamani lo sabe. Albañil desde muy pequeño, se volvió arquitecto estudiando en la escuela nocturna y hoy crea sus diseños directamente en obra, con una computadora en la mano.
Esta arquitectura de colores chillones y formas geométricas en sus fachadas, es nombrada por algunos como neobarroco o neoandino; otros la juzgan como kitsch pero ha convertido a Mamani es una celebridad que viaja constantemente a Perú o a Chile para construir más de estas casas que cuestan entre 200 y 300,000 dólares.
El cineasta brasileño Isaac Niemand estrenó en Holanda el documental “Cholet: la obra de Freddy Mamani”, con música de Moby, en el que se muestran algunas de sus mejores obras concentradas en la ciudad de El Alto donde es común observar a turistas europeos que visitan las obras de Mamani.
Para los aimaras, la casa es un universo en movimiento, nunca estático, por lo que necesita tener vida mediante el baile, y generar riqueza que beneficie a la comunidad, de ahí que estas construcciones sean en realidad edificios de usos mixtos.
Esta arquitectura que parece sacada del arte psicodélico de los sesenta, en realidad se inspira en los colores de los aguayos, tejidos que usan las mujeres aimaras, es duramente criticada por el canon. Pero Freddy Mamani dice sin complejos: “Yo he roto los viejos cánones arquitectónicos y, sí, soy un transgresor”.
Con información de El País.
Agregar un comentario
<< Artículo Anterior
Siguiente Artículo >>