El concurso para el diseño del muro de Trump

La valla que divide la frontera entre México y Estados Unidos, siempre ha sido la bandera a la que recurre Donald Trump para ganar aprobación de sus simpatizantes. El presidente estadounidense ha dicho que este "muro" (valla) es para "combatir" la inmigración ilegal que llega cruzando desde México. Ahora, según Trump, también sirve para detener la entrada del covid-19 hacia su país, que acumula la mayor cantidad de casos y muertes del mundo.

De parte de México, en gobiernos anteriores, la propuesta siempre fue desacreditada por los más altos funcionarios, así como por los ex presidentes Felipe Calderón, Vicente Fox y Enrique Peña Nieto. Si a esto le añadimos las declaraciones injuriosas de Trump contra los mexicanos (al presentar su candidatura dijo que los que llegaban a Estados Unidos eran "criminales y violadores"), se entiende el rechazo generalizado a la iniciativa.

Sin duda un tema polémico.

El mismo Donald Trump ha batallado para conseguir todo el presupuesto necesario para construirlo en los 2 mil kilómetros de la frontera. Se ha calculado que requeriría aproximadamente 8,000 millones de dólares, una cifra que prometió que sería pagada por México.

En la época de la elección en la que ganó Donald Trump, en 2016, se presentó sorpresivamente la propuesta del arquitecto estadounidense John Beckmann de celebrar un concurso con alternativas para ese muro.




En su página web "Building the Border Wall?" (¿Construyendo el Muro de la Frontera?), que actualmente ya no existe, explicó que “no tenía opinión formada acerca del tema”, y que su finalidad era abrir una discusión alrededor a la función y a la necesidad de un muro desde el punto de vista de la seguridad y la inmigración. "Nuestra postura se ve en el título mismo del concurso, con la inclusión del signo de interrogación. Sugerimos dudas sobre su razón de ser", explicaron los organizadores en las bases del concurso.

Detrás de la cara visible de Beckmann, líder del despacho neoyorquino Axis Mundi, se encuentra una fundación llamada Third Mind Foundation (Fundación Tercera Mente). Se definen como un "colectivo de arquitectos, diseñadores y artistas que no desean darse a conocer", una declaración que contribuyó a aumentar las dudas sobre la seriedad de la propuesta.

Al igual que Beckmann, afirman que su intención es "buscar soluciones, ideas y conceptos para un problema que presenta desafíos muy reales". La página web igualmente revisaba los problemas técnicos que tendría que afrontar una estructura de semejante dimensiones. La frontera recorre 2,000 kilómetros de distancia a lo largo de la muy diversa geografía del país, pasando por desiertos, valles y ríos.

Si bien, en un inicio se mencionó un costo de 8,000 millones de dólares, hay estimaciones que afirman que podría costar hasta 40,000 millones de dólares en cuanto se suman los puestos de trabajo requeridos (casi 40,000), costos de adquisición de la tierra y tecnología de monitoreo. A esto hay que agregarle un costo de 750 millones de dólares anuales en mantenimiento.

Más allá de las incendiarias declaraciones de Donald Trump, lo cierto es que las encuestas muestran que hay cierta preocupación por este tema y una mayor apertura a discutir alternativas de solución. Una encuesta telefónica realizada por la empresa Rasmussen Reports mostró que el 51% favorecía la edificación de un muro, mientras que un 37% se oponía (un 12% no tenía opinión formada). Esto a pesar de que el número de inmigrantes mexicanos en Estados Unidos ha descendido en los últimos años: En 2014 había 5.6 millones, 1 millón menos que en 2007.



Según la página web City Lab, recibieron 34 propuestas, las cuales presentaban soluciones y plateaban alternativas que están muy lejos de las consideradas "típicas" dentro de la profesión. Ofrecían un premio de 5 mil dólares para quien consiguiera en el primer lugar que sería financiado con el costo de admisión de 50 dólares que todos los participantes aportaron.

Antes de desaparecer la página, se anunciaron los ganadores.

En primer lugar quedó una propuesta de estudiantes Franceses para crear una infraestructura benéfica a los recursos naturales en la frontera, especialmente el agua. Para ello diseñaron un "muro de irrigación" para llevar agua a toda la frontera.



Empatado en primer lugar quedó otra propuesta de estudiantes estadounidenses. En ella rechazan la idea de un muro al ser un "fetiche" y lo sustituyen con burbujas inflables que integran las comunidades de ambos lados de la frontera.



Cabe mencionar que el resto de las propuestas mostradas rechazan la idea de un muro y lo sustituyen con una alternativa humanitaria o de integración comunitaria.

Pero al parecer hay arquitectos que quieren construir otro muro que no le agradará a Trump.

New World Design, un despacho estadounidense, quiere reunir fondos para construir una valla de oro alrededor de un complejo residencial propiedad de Trump, en Palm Beach, Florida. Se trata de una valla de 9 metros de altura a partir de estacas, una parodia al muro de Trump, "un gran absurdo ilógico", según la opinión de New World Design. Para construir la valla, los arquitectos necesitan $ 570 millones de dólares, el 10 por ciento de lo que el presidente necesita para su muro.



Quieren que sea de oro para burlarse del poco gusto de magnate estadounidense y presidente del país más poderoso del mundo.

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