Casa con dos vigas de 41 metros de largo
La Casa H es una estructura de concreto armado compuesta por una sucesión de vigas longitudinales y transversales que trabajan entre sí para generar en conjunto una pieza única.
El despacho chileno
Felipe Assadi Arquitectos creó esta larga casa de concreto en un terreno inclinado con vista al Océano Pacífico, con porciones extendidas formando balcones cubiertos y una piscina perpendicular.
El debate respecto de que la arquitectura y la ingeniería van por caminos diferentes se invalida en esta casa, que nos deja ver cómo es que se sostiene al mismo tiempo que plantea una estética basada en el concreto aparente. Hay algo de brutalista en este proyecto.
A esta casa en Zapallar, Chile, se llega a través de un camino escalonado que conduce a una playa cercana. Los arquitectos crearon un contraste entre la sinuosidad de la ladera de la montaña con la forma contundente y rígida de la casa.
Partiendo de arriba hacia abajo, la losa del techo cuelga de dos vigas longitudinales orientadas de norte a sur, de 41 metros de largo y 1.40 metros de alto.
La casa se apoya solo en 4 muros, dejando importantes voladizos de 7 metros en sus extremos.
El sistema vuelve a apoyarse en otras dos vigas longitudinales de la misma extensión ocultas bajo la losa de piso, y que descansan en los mismos 4 muros que llegan al suelo y conforman un zócalo con dormitorios, por una parte, apoyados en un volumen transversal oriente–poniente que crea el acceso a la casa y que luego se proyecta hacia el mar mediante la piscina.
La piscina es un voladizo de 7 metros de largo que forma una especie de cuna de sección variable, reforzando las vistas que la casa propone hacia el mar.
Cuenta con una terraza cubierta que forma parte del mismo volumen principal.
El proyecto consta de un nivel de acceso en el que se ubican las áreas comunes, estancia, comedor y cocina en un solo espacio, sin divisiones ni pilares, además del dormitorio principal.
En el nivel inferior hay una sala familiar y 2 dormitorios secundarios.
El gran muro–viga es, también, un largo mueble de madera que recorre toda la casa, sirviendo a cada espacio según su propio uso.
En la conexión entre ambos niveles, donde además se encuentran las estructuras transversales con el volumen de la piscina, se arma una circulación vertical, compuesta por una escalera y una rampa.
Ambas llegan a un patio que traspasa por debajo a la estructura principal de oriente a poniente, reforzando la idea que plantea este proyecto, de levitar en la pendiente.
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