El proyecto soviético que hizo enfurecer a Le Corbusier
Polémico desde el inicio, este edificio jamás construido, era la manifestación de la megalomanía de José Stalin y sus sueños para demostrar la superioridad del comunismo.
El Palacio de los Soviets fue diseñado como un edificio de 420 metros de altura, con una estatua de Lenin de 70 metros como remate.
Para su construcción fue destruida la catedral del Cristo Salvador, que había sido edificada para conmemorar la victoria sobre Napoleón. Las obras tardando casi 100 años en completarse.
Hacia 1924, la Asociación de Nuevos Arquitectos (ASNOVA) sugirió por primera vez la idea de construir el Palacio de los Soviets.
No fue sino hasta 1931 que se publicaron las bases del concurso internacional en el que participaron 272 diseños, creados por arquitectos de diferentes escuelas.
El objetivo del edificio era albergar todas las reuniones para el Soviet Supremo y servir como monumento a Lenin en Moscú.
El dinero del premio se pagaría en rublos y tenía que gastarse en Rusia, pues estaba prohibido sacar la moneda nacional soviética.
Tras polémicas discusiones para determinar al ganador, cuya selección fue hecha por “un jurado cuyo miembro más notable era el dictador Stalin”,
Le Corbusier y Walter Gropuis se fueron con las manos vacías, pues se declaró que
Boris Iofan, con
Sergei Merkurov a cargo de la estatua de Lenin, eran los ganadores.
Los dos siguientes lugares se otorgaron a Ivan Zholtovsky y al arquitecto estadounidense Héctor Hamilton.
Los 3 diseños eran de estilo neoclásico.
Sintiéndose traicionados, los arquitectos racionalistas, sobre todo Le Corbusier, acusaron a los soviéticos de traicionar sus principios modernistas al elegir un estilo tan conservador.
Finalmente, hasta 1935, después de más rondas de concursos, se declaró al ganador: de nuevo Boris Iofan.
El diseño final mostraba un edificio más alto que el Empire State, por lo que se convertiría en el más alto del mundo.
Para tener una idea la magnitud del palacio, el Gran Salón mediría 140 metros de diámetro y 97 de altura, para recibir a una audiencia de 21 mil personas.
Además, el Gran Salón podría transformarse en arena, teatro, piscina y pista de patinaje sobre hielo.
Las obras comenzaron en 1938, con una cuantiosa inversión. Los soviéticos declararon que el edificio se inauguraría el 7 de noviembre de 1942 para celebrar el 25 aniversario de la revolución bolchevique.
La base del edificio mediría 460 metros de diámetro. Contaría con oficinas, museos, restaurantes, etc.
También dispondría de 148 ascensores, 62 escaleras mecánicas y una biblioteca de 500,000 libros.
La base estaría cubierta de mármol y granito; el resto del edificio se revestiría de toba color rojo púrpura (un tipo de piedra caliza) del Cáucaso, y la estatua se forjaría en aluminio o acero cromado.
Debido a su altura, los ingenieros “estimaron que, en solo noventa días del año, la estatua de Lenin será claramente visible desde el suelo”.
Se completaron los cimientos y se colocó el marco de acero para los niveles inferiores, pero la Segunda Guerra Mundial se interpuso en el camino.
Hacia 1942, se desmanteló la estructura para proporcionar acero al Ejército Rojo y llevar a cabo proyectos de infraestructura más urgentes.
En 1945, con los cimientos aún intactos, Stalin anunció planes para reanudar el proyecto.
Pero no iba a continuar. En 1957, el gobierno canceló el plan para el Palacio de los Soviets y en su lugar se construyeron dos edificios.
La base se convirtió en una piscina climatizada al aire libre, la más grande del mundo.
A partir de 1995, la catedral del Cristo Salvador fue reconstruida en su sitio original y se consagró en agosto de 2000.
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