La nueva generación de rascacielos que invade Nueva York
Nuevas estructuras, cada vez más altas, continúan cambiando el skyline de Nueva York. Pero lo hacen de un modo diferente y más audaz.
Gracias a la tecnología, los
rascacielos ahora son más altos y más delgados. Esta última característica es uno de los rasgas característicos que definirán la época en que vivimos.
Otra característica es que se trata de edificios habitacionales de súper lujo, sólo para aquello que en verdad poseen grandes fortunas.
Son torres delgadas como lápices, que basan sus dimensiones en nuevas reglas de lotificación, “que permiten a un desarrollador adquirir espacio aéreo no utilizado en las cercanías, agregarlo a su propio lote y construir una vasta estructura sin cualquier tipo de proceso de revisión pública”
Tal es el caso de edificios como el de
432 Park Avenue, de 425 metros cuadrados, una cuadrícula cartesiana. Obra de
Rafael Viñoly, este tubo cuadrado de concreto es casi dos veces más alto que sus vecinos más cercanos.
Según el arquitecto, su forma está inspirada en un bote de basura. Cada departamento alcanza un precio mínimo de 95 millones de dólares.
Cerca de ahí se levanta un nuevo gigante: Central Park Tower obra de Adrian Smith y Gordon Gill, diseñadores del Burj Khalifa de Dubái. Con sus 472 metros, dejará atrás a la obra de Viñoly.
Se considera un edificio súper delgado cuando su altura es más de siete veces su ancho en el punto más estrecho.
Edificios emblemáticos como el Seagram y las torres originales del World Trade Center son ejemplos de rascacielos que se adhirieron a esta proporción de 7: 1.
Actualmente, como las delgadas modelos de las pasarelas de moda, estos rascacielos han cambiado sus proporciones, como el 432 Park Avenue, que tiene una relación de ancho a altura de 1:15.
Otros ejemplos son: 56 Leonard (10.5: 1), 30 Park Place (12: 1) y 53W53, de Jean Nouvel, (13: 1).
111 West 57th Street, diseñado por SHoP, supera a todos los anteriores con una relación de 24: 1. Ubicado en un terreno de 24 por 179 metros, tiene una altura de 437.5 metros.
La lógica detrás de la construcción de estos edificios delgados es la misma: obtener el mayor valor posible de terrenos muy costosos y restringidas en el centro de la ciudad.
Por ello, estas torres de viviendas ofrecen apartamentos de lujo que abarcan todo el piso.
Desde el punto de vista constructivo no hay un límite en cuanto a la altura de un edificio, pero cuanto más alto sea, más rígida y fuerte debe ser la estructura para resistir las fuerzas sísmicas y del viento.
Sin embargo, al tener menos espacio, las estructura no debe ser tan grande si se quieren mantener amplias áreas habitables. El núcleo del edificio, en este caso, debe ser lo más rígido pero no tanto como para comerse metros cuadrados de vivienda.
Las torres súper delgadas usan, invariablemente, concreto en lugar de acero.
El uso de concreto de alta resistencia para el núcleo del edificio y la conexión de muros cortantes permite a los ingenieros minimizar los elementos estructurales dentro de los propios apartamentos, y permitir la máxima flexibilidad en los diseños.
A estas alturas el viento se comporta de otra manera, por lo que, más que eliminar todo movimiento, hay controlar el ritmo de la aceleración.
Por ellos estos edificios adquieren aerodinámicas, introduciendo aberturas para permitir el paso del viento o agregando curvas en lugares críticos a lo largo de la fachada y no generar vórtices.
También se emplean amortiguadores para reducir la aceleración del movimiento, ya sea colocando pesos en lo alto del edificio.
Cuando parecía que no era posible seguir innovando, ahora estos rascacielos súper delgados marcan un nuevo camino para seguir desarrollando materiales más resistentes y livianos. ¿Cuál será el límite máximo?
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