El supermercado de Rojkind Arquitectos que incluye un huerto
Los supermercados se diseñan todos iguales, sin ofrecer novedades de diseño. El siguiente proyecto propone cosas nuevas e interesantes sobre un tema en apariencia agotado.
El
supermercado se ha convertido en el último eslabón de la “cadena tierra plato”.
Esta cadena es un proceso lineal y cada vez más alejado del consumidor. Para la tienda de autoservicio Chedraui en la Ciudad de México,
Rojkind Arquitectos propuso cerrar la cadena sobre sí misma y transformarla en un lugar para la comunidad.
La zona de Santa Fe se caracteriza por una deficiencia de espacios abiertos. Además, la comunidad circundante carece de un sentido de lugar, donde los productores locales de alimentos no tenían presencia en un área llena de tiendas de grandes marcas.
La propuesta respondió al deseo de la compañía de posicionarse en una dirección, ofreciendo algo más que sólo comestibles y productos domésticos.
El proyecto posiciona la marca en un segmento de mercado. Reforzando una ruta sustentable y al mismo tiempo ofreciendo una experiencia única al consumidor ofreciéndole un espacio público.
La tienda ocupa la huella de lo que fuera un complejo de cines en un espacio adyacente al Centro Comercial Santa Fe.
Además del espacio comercial y el componente de estacionamiento, se incorporó una terraza en la azotea que alberga un huerto de 1,725 metros cuadrados y una plaza del mercado de 1,230 metros cuadrados con una serie de vías que conectan los dos.
Los clientes de la tienda pueden acceder al huerto para aprender sobre la agricultura orgánica y comprar productos frescos.
Esta experiencia contribuye a la apreciación de la comida y la comprensión del movimiento de la granja a la mesa.
La plaza del mercado ahora alberga productores locales, lo que se suma a la variedad que tradicionalmente ofrece el supermercado. A medida que el entorno interactivo y exploratorio evoluciona, se pueden acomodar nuevas opciones programáticas.
El espacio puede ser utilizado como una plataforma de eventos donde los grupos de la comunidad local y las escuelas pueden llevar a cabo programas educativos, talleres, visitas a granjas, eventos infantiles, etc.
El proyecto cuenta con un espacio para un mercado semanal donde los productores locales ofrezcan sus productos y sumen a la oferta del supermercado tradicional.
La fachada de la tienda está compuesta por 531 paneles GFRC (concreto reforzado con fibra de vidrio) que le dan a la tienda su firma dinámica en contraste directo con las típicas "cajas de venta minorista" que han surgido en el vecindario.
Cuatro grandes estructuras de tracción protegen el área de estacionamiento y los caminos hacia el huerto del intenso sol y se convierten en un hito luminoso cuando brillan por la noche.
De acuerdo con Michel Rojkind, para él era más importante establecer un vínculo entre lo formal y lo informal, más que la fachada de esta tienda Chedraui.
En el libro “Méxicontemporáneo. Panorama de creadores”, de Mónica Lavín, Rojkind dice que en estos huertos se estaban produciendo lechugas orgánicas, pero que “de repente, se desesperaron, cortaron todos los huertos y pusieron otro piso de estacionamiento porque iba mucha gente a visitarlos”.
Rojkind Arquitectos
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2015-10-19