Espacios muertos: cómo la arquitectura nos ayuda a repensar nuestra relación con el más allá
La arquitectura es un arte que juega con el concepto del espacio. Es una ciencia, una profesión y una línea de construcción donde juegan diversos factores. La estética y la forma siempre buscarán un equilibrio para ser reflejo de un sentimiento determinado que exalte la vida o sentencie un clima para aceptarla.
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En España, por ejemplo, el diseñador
Juan Carlos Salas, utilizó un sentido de la estética y la arquitectura para crear casas funerarias (más conocidas como tanatorios en dicho país) donde los juegos de luz natural, más el aire silencioso de los espacios, imprimen a la realidad un sensación gloriosa y liberadora.
Su creación más representativa es una estructura de 196 metros cuadrados, provista de un techo en diagonal que fue construido pensando en el movimiento del sol a lo largo del día. El interior del edificio tiene ciertos matices cavernosos, antiguos, como si quisiera recordar que el origen de la humanidad proviene de un sentimiento prehistórico, donde la Madre Naturaleza acoge a cada alma que pasa por dicho lugar.
(
Museo de la Inmortalidad en México)
Espacios pensados para suavizar el sufrimiento
Este tipo de construcción ha llegado a ser catalogada más como spas que casas funerarias o morgues, en tanto el alivio emocional que inspira sus espacios es realmente tangible. La sala de espera se convierte entonces en un escenario acogedor para aceptar la
muerte y dejar que el doliente pueda asimilar con mayor gusto la ausencia del ser querido.
En México mientras tanto, que es un país donde la muerte tiene una razón de ser bastante cultural, el arquitecto y diseñador alemán
Nikolaus Hirsch estuvo trabajando en lo que considera un museo sobre la muerte. Hirsch afirma que la arquitectura se convierte de ese modo en un puente que sirve de vínculo entre lo que es la vida y la muerte, siendo su finalidad borrar los limites que ambos imponen.
Rompiendo con los límites que impone la muerte
(Museo de la Inmortalidad en México)
La obra que realizó Hirsch, bautizada como Museo de la Inmortalidad, contó con la participación de
Michel Müller, un arquitecto que piensa que lo abstracto también se convierte en un factor para inspirar sentimientos inmortales, es decir, que la relación entre los objetos y las personas se gesta un hilo conductor donde se puede rastrear o proyectar toda una filosofía de vida.
Precisamente, Museo de la Inmortalidad, es una obra en donde converge la filosofía del pensador ruso Nikolai Fedorov quien exalta a través de su teoría la posibilidad de resurrección de los muertos a través de la tecnología.
La creación abstracta de Hirsch y Müller representa a una obra de 7.9 metros de altura, que a simple vista hace soñar al espectador que se encuentra en una cripta, como también en una nave espacial. Para darle forma a este pabellón hexagonal se necesitaron 15 capas de cajas de material acrílico, algunas de ellas son transparentes.
Por su diseño, esta obra también hace un homenaje al Cosmódromo de Baiknour ubicado en Kazajistán, que es considerada la sede de lanzamientos espaciales más grande del mundo.
(Museo de la Inmortalidad en México)
Ideas frescas desde la India
En Nueva Delhi, mientras tanto,
Sanchit Arora es un arquitecto de 24 años que trabaja en la firma
Renesa Architecture Design Interiors Studio. Recientemente tuvo que afrontar la muerte de su abuela, quien se encontraba en una fase de edad ya avanzada. En la tradición de este país, cuando una persona de dicha edad fallece, esto es motivo de alegría.
Sin embargo para él, el duelo se transformó en algo muy angustiante; Arora no tardó en descubrir que en ello influía también el modo en que los crematorios de la ciudad de Nueva Delhi estaban mal administrados, ubicándose en zonas de ruinas y derrotadas por el efecto del tiempo.
Arora decidió presentar entonces un diseño arquitectónico a través del cual se genera un ambienta más melancólico y dulce de sobrellevar la muerte. Por ejemplo sugirió crear una especie de parque, dotado con fuentes de agua y rincones tranquilos. Lo arbustos y las estructuras estarían diseñadas para crear un jardín amplio, pero de estilo minimalista y sazonado con matices de la cultura zen para permitir así un equilibrio en las emociones de los visitantes.
Este proyecto es un ejemplo de cómo la arquitectura busca redefinir los espacios y los sentimientos que inspiran la muerte en los habitantes del más acá. El tema de la muerte siempre ha representado un misterio difícil de asumir; pese a ello, muchos arquitectos opinan que esta tendencia ha empezado a reflejarse en crematorios y morgues, constituyendo una forma de expresión de la arquitectura moderna, enfocada en sanar y liberar las heridas que deja la muerte.
(Museo de la Inmortalidad en México)
(Cementerio Nueva Delhi.)
(Morgue por Salas Arquitectos)
Al otro lado del mundo, a las afueras de Zaragoza, las casas funerarias (conocidos como tanatorios en España) parecen más que morgues, spas.
(Morgue por Salas Arquitectos)
(Morgue por Salas Arquitectos)
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