Estudios del Tren Maya
Una de las obras más importantes del sexenio parece que no está anclada en la realidad. Financieramente, se advierte, podría representar una pérdida para la economía nacional.
De acuerdo con información del gobierno federal,
el Tren Maya es la obra de infraestructura más importante del sexenio de Andrés Manuel López Obrador.
En términos generales es un proyecto que pretende unir distintos sitios turísticos y ciudades de la Península de Yucatán.
Se basa, según los datos disponibles, en un modelo de desarrollo sostenible que “impulsa el crecimiento sin depredar el medio ambiente”.
Entre sus principales objetivos está el detonar la economía y mejorar la calidad de vida de los habitantes de la región y cuidar del medio ambiente
Los cálculos del gobierno estiman un costo de entre 120 y 150 mil millones de pesos a través de un esquema de inversión mixta.
Además, se aprovecharán pasos de vías ya existentes; éste es el principal argumento para tranquilizar a grupos de ecologistas que alertan sobre la afectación de la selva en áreas protegidas como Calakmul.
Tan sólo a lo largo de la selva el tren recorrerá 462 kilómetros, de un total de 1525 kilómetros.
En total se construirán 15 estaciones: Bacalar, Calakmul, Cancún, Campeche, Chichén Itzá, Escárcega, Felipe Carrillo Puerto, Izamal, Mérida, Palenque, Playa del Carmen, Puerto Morelos, Tenosique, Tulum y Valladolid. Con esto se unirán los estados de Yucatán, Campeche, Quintana Roo, Tabasco y Chiapas.
Sin embargo, la información financiera ha sido poco clara, lo mismo que los estudios de impacto ambiental que siguen sin ser presentados.
El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), “un centro de investigación que propone soluciones efectivas a los desafíos más importantes de México”, publicó un boletín en el que expresan sus dudas sobre el costo real de una obra de esta magnitud.
En su portal el IMCO se publicó lo siguiente:
“La experiencia internacional muestra que en promedio los proyectos ferroviarios elevan su costo en un 45% sobre lo presupuestado”.
Esto quiere decir que el costo estimado por el gobierno “podría aumentar entre 4 y 10 veces más que los 120 a 150 mil millones de pesos estimados por el Gobierno federal”.
Por otro lado, el IMCO advierte que para que proyectos ferroviarios de este tipo sean costeables y que genere ganancias, sin necesitar de subsidios gubernamentales, “es necesario que el Gobierno haga una evaluación correcta de los costos estimados, aforo, densidad poblacional, conectividad, uso principal de las vías y la competencia del tren con otros medios existentes de transporte”.
Así, el IMCO ha determinado que el Tren Maya costará en realidad “entre 479 mil 920 millones de pesos y 1 billón 599 mil 767 millones de pesos, un rango que es entre 4 y 10 veces mayor que los 120 a 150 mil millones de pesos estimados por el Gobierno federal”.
Si una vez que el tren entre en operación no resulta un proyecto costeable, ni que beneficie a las comunidades por las que pasará, “el Gobierno federal [acabará] subsidiando con los recursos de los contribuyentes la vida útil de otro proyecto sin beneficios para nadie”.
En el rubor ambiental, IMCO señala que “especialistas ambientales han manifestado su preocupación en torno a la ruta del Tren Maya, la cual atraviesa una región con diversidad biológica y cultural única, así como en la evaluación económica del impacto ambiental que deberá retroalimentar la factibilidad y el análisis costo-beneficio del proyecto.
“Esta evaluación deberá ser uno de los ejes centrales y preventivos de la decisión del Gobierno para iniciar las obras”.
A nivel social el panorama también es complejo, pues “el 56% de la superficie de los estados de Campeche, Yucatán y Quintana Roo es propiedad social y está compuesta por más de mil 406 núcleos agrarios, de los cuales casi el 100% corresponde a ejidos”.
Asimismo, antes del inicio de la construcción, el Gobierno tendrá que cumplir con su obligación de llevar a cabo una consulta libre, previa, culturalmente adecuada, de buena fe, pública y de manera informada en una de las regiones con alta proporción de población indígena. Además, la planeación tendrá que asegurar el trazo y los derechos de vía deberán estar listos antes de iniciar la obra.
El IMCO finaliza su boletín ofreciendo posibles soluciones a fin de garantizar la viabilidad del proyecto:
“La rentabilidad del proyecto podrá aumentar al:
“Incluir a la población en mecanismos de consulta regulares desde la etapa de planeación del proyecto, con lo que el Gobierno podrá gestionar de mejor forma diversos riesgos sociales.
“Incorporar actividades distintas al turismo en la planeación de la obra.
Asegurar que las líneas se construyan en tramos urbanos, densamente poblados y cortos.
“Obtener la totalidad de los derechos de vía de los tres tramos antes de iniciar la obra.
“Evaluar el costo de oportunidad de otros proyectos que puedan generar un mayor beneficio a la sociedad, un ejemplo de esto podría ser el Ferrocarril Transístmico”.
Con la información disponible, ¿consideras que este es un proyecto viable? ¿Crees que será de utilidad para aumentar el turismo?
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