Un Trabajo de siglos: Cómo se estabilizó la Torre de Pisa
La famosa Torre de Pisa fue construida, como cualquier otra edificación, para permanecer vertical, sin embargo, tan pronto como empezó su construcción, el 9 de agosto de 1173, fue inclinándose.
La Torre es el campanario de la catedral de Pisa, edificio que forma parte del complejo religioso denominado como Campo de Miracoli.
La construcción de la Torre se desarrollo en tres etapas a lo largo de 200 años y debido a que la Torre siempre tuvo fallas desde su origen, este emblemático edificio, además de los dos siglos que implicó su construcción, permaneció en restauración y trabajos estructurales hasta finales del siglo XX.
Su estructura corresponde a un cilindro, dentro del cual se encuentra una escalera en espiral de 294 escalones, tiene 8 niveles, una base de arcos ciegos con 15 columnas, 6 niveles con una columnata externa, terminando en una bóveda que permite el acceso al campanario.
En 1173, se erigió su primera planta en mármol, en 1178 había alcanzado los 3 pisos de altura, presentando ya una inclinación hacia el norte de 0.2° de la vertical, debido a cimientos débiles en un subsuelo inestable.
Ese mismo año se paralizó la obra y hasta 1272 se reanudó su construcción, lo que permitió que el suelo se asentara y que la Torre no se derrumbara. En el año 1284 nuevamente se paralizó la obra, pero en este caso por razones militares.
Finalmente, en 1372, Andrea Pisano construyó la última planta, correspondiente al campanario, en esta ocasión la Torre comenzó a inclinarse hacia el sur, alcanzando los 1.6° desde la vertical.
Pocos años después de finalizada la obra, fue necesario reemplazar muchos de sus elementos de piedra realizados originariamente en mármol de San Giuliano, ya que presentaban un considerable deterioro, sustituyéndose por mármol blanco de Carrara. Posteriormente, se realizaron distintas intervenciones con el fin de restituir su verticalidad y luego con el objeto de detener su inclinación progresiva.
En el año 1838, el arquitecto Alessandro Della Gherardesca, excavó un camino en torno a la Torre con el fin de hacer visibles sus bases, lo que provocó una inundación en las mismas, que incrementó su inclinación, alcanzando más de 5° hacía el sur.
Ya para el siglo XX, en 1934, Benito Mussolini dio la orden para restablecer la verticalidad en la Torre y fortalecerla, para lo cual se inyectaron 80 toneladas de concreto en su base. Pero más allá de mejorar el estado de la Torre, esta intervención hizo que se hundiera más en el terreno.
Para prevenir la caída de la Torre, en 1964, el gobierno italiano solicitó la colaboración de un grupo de ingenieros, matemáticos e historiadores. No obstante el trabajo que realizaran, la Torre de Pisa fue cerrada al público en enero de 1990 para evitar su deterioro.
Fue hasta 1992 que se retomaron los trabajos de restauración y de estabilización de la estructura. Durante 1993 y 1994 se realizó un trabajo temporal y preventivo en el que se rellenó la base con concreto, y se colocaron una serie de contrapesos en el lado norte, que dieron como resultado la inclinación de la Torre hacía el norte.
En 1995 se intentaron reemplazar dichos contrapesos, pero el resultado fue que la Torre se inclinó hacia el sur.
Fue hasta la década de los noventa que se realizaron trabajos de forma exitosa, la solución la extracción del suelo con el fin de reducir la inclinación. Durante este trabajo se retiraron 38 metros cúbicos de tierra en la zona inferior de su base para restablecer la inclinación que tenía en 1700, 3.99 metros, declarándose estable al menos por 300 años más.
Luego de varios siglos de exhaustivos trabajos por reconstruir y estabilizar este monumento, el 15 de diciembre de 200, por fin, la Torre de Pisa pudo abrir, de forma segura sus puertas al público.
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