Cuadra San Cristóbal, de Luis Barragán
Una de las obras emblemáticas del arquitecto mexicano recientemente abrió sus puertas al público.
Cuadra San Cristóbal forma parte de
Los Clubes, que incluye la Casa Egerstrom y la Fuente de los Amantes.
Se ubica en la calle Cerrada Manantial Oeste número 20, Atizapán.
Esta casa, una de las más grandes proyectadas por Barragán, ubicada en Los Clubes, fue diseñada en colaboración con el arquitecto Andrés Gasillas para la familia Egerstrom, que se dedicaba al adiestramiento de caballos de pura sangre.
Esta combinación de circunstancias le permitió sintetizar muchos de los elementos arquitectónicos que ya había investigado anteriormente por separado: la ocupación residencial, el paisajismo, y el proyecto destinado al caballo.
Esta casa, como muchas de sus anteriores, presenta una fachada ciega a la calle, definida tan solo por unas altas puertas de madera y quedando ocultos el garaje y otros servicios.
Ya en el interior, y dado el tamaño del terreno, Barragán pudo separar entre sí las diferentes partes del proyecto, definiendo y situando cada una en su propia área del solar.
La primera de esas zonas es la de la piscina, que queda inserta en su propio jardín y conectada con la casa y con la entrada por medio de un porche, al cual suceden la casa y la zona del establo.
La casa, de concreto blanco, está dividida a su vez en varias zonas: los dormitorios están en una especie de caja plana, de poca altura; un volumen cúbico aloja la cocina y espacios para comer; y la sala de estar, amplia y voluminosa, esta separada, en la zona trasera de la casa.
Esta está rodeada por jardines y patios, y cada uno de sus lados tiene una vista distinta.
Inversamente, el muro que limita la casa y los establos conserva su forma, pero se modula según la función que cumple: protección para los espacios de estar al aire libre, paso entre edificios y zonas abiertas, cierre de las áreas para los caballos.
La forma del edificio destinado a establo es bastante tradicional, con una pendiente muy suave y aleros generosos, creándose agradables pasos cubiertos. Pero las paredes que rodean la zona del establo están pintadas con brillantes colores rosa, violeta obscuro o rojizo, según la función que cumplan.
El interior ofrece 2,493 metros cuadrados de espacio, en un terreno de 30,245 metros cuadrados, consta de cuatro dormitorios y baños de cinco y medio, así como áreas de estar, que se ubican en el primer piso.
Los cuartos para el personal, dos dormitorios y un baño, junto con un apartamento para invitados también consta de dos dormitorios y un baño.
La pared rosa actúa como entrada y limite entre el patio y la pista de adiestramiento; el color violeta denota la entrada para los mozos de cuadra.
El rosa sirve esta vez para destacar el granero y, finalmente, más allá del edificio del establo existe una doble pared de color rojizo que hace las veces de fuente, arrojando el chorro de agua sobre el estanque de los caballos, y actuando como barrera entre la casa y las áreas destinadas a los caballos.
Los cambios y contrastes en las paredes coloreadas marcan un nuevo avance en la arquitectura de Barragán.
El color no solo sirve para enfatizar calidades puras y planas, sino que también define —y es definido por— función y forma; el color afirma y sostiene la arquitectura de Barragán.
Cuadra San Cristóbal es una combinación de trabajos experimentales en el movimiento moderno internacional, mientras que presenta elementos arquitectónicos de los ranchos y las haciendas del México tradicional, exponiendo la proyección onírica y una posición sobre la cultura arquitectónica.
Proyecto: Los Clubes
Arquitecto:
Luis Barragán y Andrés Gasillas
Ubicación: Atizapán, Estado de México
Año: 1967-1968
Luis Barragán
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