Hotel en el desierto más desolado del mundo
Para el arquitecto chileno Gonzalo Mardones Viviani, el arquitecto debe trabajar como el viejo médico que para llegar a su diagnóstico final: escuchar calmadamente a su paciente.
El
Hotel Hornitos se encuentra en el Desierto de Atacama, al norte de
Chile.
El proyecto fue realizado para la Caja de Compensación Los Andes por la firma del arquitecto
Gonzalo Mardones Viviani.
El conjunto se localiza en una meseta a 32 metros sobre el nivel del mar en el Desierto de Atacama al norte de Chile.
El
hotel tiene una extensión de 5,800 metros cuadrados, y cuenta con 38 habitaciones, 18 cabañas, una alberca exterior y una interior, un auditorio, una sala de juntas, un comedor, áreas de estar, un gimnasio, entre otras amenidades.
De una manera orgánica, el esquema arquitectónico se desarrolla horizontalmente, siendo que el bloque de mayor tamaño tiene las funciones del hotel. Por otra parte, las cabañas se diseñaron como volúmenes de menor tamaño extendidos en el terreno ocupando el espacio inmediato.
Todos los bloques se construyeron en concreto pigmentado con tonos neutros en clara sintonía con la paleta de colores del desierto, enfatizando la intención de mimetizarse, de volverse uno con el paisaje.
Esta decisión responde a la filosofía del arquitecto para quien todos los materiales son muy buenos “y que cada uno tiene características específicas que se deben respetar”. En todas sus obras opta por el uso de un solo material, pues le cuesta trabajo combinarlos.
Como medio de protección solar, debido a la intensidad del sol del Desierto de Atacama, se implementó una secuencia de espacios intermedios de transición, que permiten que el visitante de manera gradual pueda recorrer desde las zonas protegidas hasta las áreas más expuestas al sol.
Para lograr una arquitectura que produzca quietud, silencio y paz, el arquitecto usa luz natural, el material más importante de la arquitectura.
Las áreas de circulación y espacios comunes del conjunto son mayormente abiertos, logrando una ventilación cruzada que permite capturar corrientes de aire constantemente.
Del mismo modo, se incluyeron aleros y celosías para proteger al hotel del sol. La cubierta se diseñó como un espacio multifuncional, una terraza común para poder disfrutar de las vistas hacia al mar y hacia el desierto.
Se puede destacar el detalle técnico bioclimático en esta terraza, ya que es un deck sobrepuesto que forma una cámara de aire inferior que mantiene una ventilación adecuada en la cubierta y la protege del sol directo, lo que beneficia en el ahorro de energía para la climatización de los espacios interiores manteniéndolos confortables.
Con una orientación hacia la reutilización, el hotel obtiene el agua necesaria desde el mar, de manera que dentro del conjunto y por medio de una planta de tratamiento de agua salada se purifica el líquido para ser usado; las sales residuales se conducen hacia la alberca exterior cerca del acceso principal.
Se puede considerar al Hotel Hornitos como una muestra de la excelente escuela de arquitectura que ha sido desarrollada en Chile en los últimos años, donde con gestos mínimos pero con gran potencial han sabido fundir la arquitectura con el paisaje, logrando un efecto soberbio y trascendental.
Este hotel no es solo una experiencia de hospitalidad inolvidable, sino también un intenso vínculo entre la tierra, el mar y el visitante.
Uno mismo con la naturaleza
El Hotel Hornitos se coloca en un lugar privilegiado, donde el reto principal de diseño fue intervenir de manera que no se alterara el flujo natural del paisaje. La arquitectura se definió como un edificio semienterrado, siendo en un punto intermedio entre la tierra y el cielo.
De acuerdo con los arquitectos, “al tratarse de un lugar privilegiado e inmaculado el principal desafío fue intervenir intentando ser lo menos invasivo posible por lo que se optó por un partido arquitectónico semienterrado, el que se desarrolla de manera horizontal habiendo un volumen mayor que contiene el hotel; y volúmenes menores esparcidos en el terreno (cabañas) de manera de abarcar el área inmediata y dar medida dentro de la vastedad del desierto.
El Hotel obtuvo el premio Best Hotel Architecture, entregado en 2014 por The Americas Property Awards.
Planta
Planta
Planta
Planta
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Fachada
Fachada
Fachada
Corte
Corte
Corte
Corte
Corte
Arquitectos: Gonzalo Mardones Viviani
Ubicación: Hornitos, Mejillones, Antofagasta Region, Chile
Arquitectos Colaboradores: Gonzalo Mardones Falcone, María Jesús Mardones Falcone, Luis Morales Gatto, Claudio Quezada Fuentes, Emilio Ursic Marechau, Manuel Fuentes Ramos, Alberto Reeves Droguett, Claudio Leiva Brito, Cristián Romero Valente, Claudio Carrasco Fuentes, Francisco Valdés Donoso, Alessandro Beggiao.
Área: 5800.0 sqm
Año Proyecto: 2012
Fotografía: Nico Saieh
Iluminación: Paulina Sir
Calculista: Alfonso Larraín
Mobiliario: Francesca Porzio, Macarena Valdés
Paisajismo: Cecilia Rencoret
Puertas: Juan Carlos Prieto
Ventanas: Tecma
Muebles incorporados: Xilofor
Gonzalo Mardones Viviani
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