Del antagonismo a la coexistencia: Contemporaneidad y Tradición en la arquitectura del siglo XXI
Desde finales del siglo XIX, la arquitectura fue alejándose gradualmente de las soluciones enraizadas en el arte popular, las normas de composición clásica y la idealización de la naturaleza dando paso a nuevas formas de producción que rechazaban el concepto de estilo e indagaban, más allá de las apariencias y condicionantes culturales, en la propia materialidad de la arquitectura, exponiendo sus aspectos puramente estructurales y compositivos a partir de la manipulación y la articulación de nuevos materiales, abandonando todo “formalismo” o pretensión artística, priorizando la funcionalidad y la precisión técnica.
Es a partir de la segunda mitad del siglo XX, que esa arquitectura racionalmente ordenada y en buena medida derivada de la admiración por las máquinas entra en crisis, por diversos factores que iban desde el rechazo de la gente por la carencia de expresividad y porque en muchos casos, las soluciones formales que planteaba resultaron ser disfuncionales, tanto desde el punto de vista social como de la integración con la naturaleza.
Esto dio paso a arquitecturas que reclamaban la revaloración de la historia, de la arquitectura tradicional y sobre todo la relación entre la arquitectura y el paisaje, pero desde una perspectiva moderna, como en el caso las obras de Alvar Aalto; Louis Kahn;
Luis Barragán o
Jorn Utzon.
No obstante que este tipo de arquitectura demostró con grandes obras la importancia de crear edificaciones respetuosas con medio ambiente, la cultura de un lugar y de los propios usuarios, no es sino hasta finales del siglo XX y debido al lamentable deterioro del medio ambiente y sus funestas consecuencias, han promovido que muchos de los profesionales de la arquitectura y la construcción desarrollen las más variadas soluciones, combinando las tecnologías más avanzadas con materiales tradicionales, que como se ha comprobado, suponen un menor impacto ambiental.
Cada vez es más frecuente encontrar propuestas arquitectónicas resueltas a partir de modelos, técnicas y materiales ancestrales los muros de bajareque, los repellados de cal y arcilla, el adobe y muchos otros materiales que los constructores de la era de la máquina habían dejado atrás. Así también, los materiales reciclados, tanto de obras de demolición como de desecho (cartón, plásticos, metales, madera, vidrio, etc.) son también parte de los materiales que han dado forma a algunas de las propuestas arquitectónicas del presente siglo.
Entre los ejemplos más notables de arquitectura contemporánea enraizada en la tradición se encuentra el trabajo del arquitecto vietnamita Vo Trong Nghia, quien de forma magistral y con una sensibilidad contemporánea realiza obras de gran belleza haciendo uso del bambú, uno de los materiales más utilizados en la arquitectura popular de su país.
Otro arquitecto, cuyas obras están inspiradas en la arquitectura tradicional de su país es Smiljan Radic. Sus diseños son elegantes, delicados y discretos pero, cada uno de ellos, responde a circunstancias particulares y recogen la esencia del entorno donde se ubican. Lo primigenio en su obra es representado por materiales como: el barro, la piedra, la madera, el cobre y el hierro; que con el paso del tiempo habían sido olvidados o relegados en la arquitectura del cono sur. Por otra parte, lo contemporáneo aparece en la disposición de las plantas, la fluidez de los espacios; en el uso de las transparencias y materiales industriales que contrasta con los materiales tradicionales para generar con ello soluciones innovadoras.
El japonés Kengo Kuma, es otro ejemplo de una arquitectura que destaca por un lenguaje elegante, sutil y sobrio que es derivado de la arquitectura tradicional japonesa, que en el Hotel Mercado que ha diseñado recientemente es quizá donde es más evidente. Esta obra, parte del concepto del Chado o camino del té, una ceremonia ancestral que gira en torno a esta bebida y que busca la armonía entre las personas que participan en ella. Cubierto de paja, este edificio es un guiño al pasado y al presente con materiales tradicionales pero con una forma completamente nueva y sorprendente.
Uno de los máximos representantes de la arquitectura china contemporánea, Wang Shu, ganador del premio Pritzker 2012, ha desarrollado una serie de obras que asimilan la naturaleza de la arquitectura vernácula, reinterpretándola y adaptándola a las necesidades de la vida contemporánea.
Sus diseños, de formas elegantes y delicadas, responden sensiblemente a las circunstancias particulares del contexto donde se ubican. Sus obras, aunque exponen una marcada influencia de las nuevas tendencias occidentales, también hacen evidente que conservan la esencia de la arquitectura y artes tradicionales de su país.
Retornar a las raíces de la arquitectura y aplicar materiales tradicionales es una de las tendencias arquitectónicas del presente siglo. La obra de los arquitectos antes mencionados son un ejemplo de que los conceptos de Contemporaneidad y Tradición son conceptos que pasaron de ser antagónicos para convertirse en elementos que pueden coexistir dando paso a obras que establecen nuevas formas de hacer arquitectura.
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