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Ficciones arquitectónicas. Filip Dujardin

Durante muchos años después del movimiento moderno, pensar en la parte formal de la arquitectura omitiendo su sentido utilitario era una tarea considerada como irrelevante y de poco valor.
No obstante, una vez superados los “cartabones” racionalistas, el trabajo de los creadores que en algún momento encaminaron sus propuestas hacia la parte formal de la arquitectura ha sido revalorado, ya que en muchos casos ha expusto que en ellas subyacen nuevos caminos para entender la arquitectura y las maneras de habitarla.



Si bien el siglo XVIII fue el punto de partida de las denominadas arquitecturas fantásticas o caprichos arquitectónicos -con el trabajo de creadores como Giovanni Battista Piranesi, Claude Nicolas Ledoux y Etienne-Louis Boullée, quienes en esencia con sus dibujos expresaban desacuerdo con lo que dictaban las convenciones arquitectónicas- es en el siglo XX cuando se llevaron a cabo las propuestas que enunciaban cambios radicales en la concepción arquitectónica como en el caso de las arquitecturas futuristas de los italianos de principios de siglo, el trabajo de los situacionistas de los años sesentas y setentas y posteriormente con las arquitecturas del norteamericano Lebbeus Woods en la década de los noventas.



La producción de los creadores antes mencionados ha dejado claro que su valor va más allá de la mera representación gráfica ya que conllevan ideas que cuestionan las “políticas de uso” con la intención de promover entre los espectadores la reflexión sobre las maneras de habitar y la relación que puede haber con el entorno.



El desarrollo de la arquitectura fuera de los límites de lo convencional da la posibilidad de entender desde otra óptica los espacios públicos y privados, esto lo tiene claro el fotógrafo de origen belga Filip Dujardin, cuyo trabajo se enfoca en las cualidades escultóricas de los edificios.



Reconociendo su volumen en el espacio con sus propias leyes de proporción, Dujardin explora a partir de la fotografía la elocuencia y expresividad de las arquitecturas que conforman su contexto. Después de documentar diversas obras existentes en la realidad, Filip Dujardin controla y modifica la estética de los edificios omitiendo cualquier tipo de restricción o lineamiento de la arquitectura “ortodoxa” –configurada a partir de reglamentos y cálculos estructurales- para crear sus propios edificios.



Dujardin realiza sus diseños con total libertad. Filma edificios reales transformándolos con tecnologías avanzadas en posmodernas "ficciones" arquitectónicas.



Para realizar su trabajo Dujardin utiliza un archivo digital o biblioteca de elementos arquitectónicos ficticios que simulan muros de concreto, ventanas de cristal, trabes de acero, etc., con los que posteriormente proyecta sus estructuras no funcionales con soluciones volumétricas de apariencia futurista. A través de una racionalización del proceso productivo, borra las puertas y ventanas y cambia las proporciones de una columna o del techo para crear abstracciones e intersticios. El hecho de que sus "edificios de alta tecnología con pieles de baja tecnología" aparecen en espacios públicos les otorga un estatus de monumento cultural en universos posibles.



Si bien su trabajo es resuelto a partir de la fotografía, sus imágenes hablan más de arquitectura que de la propia fotografía, pues más que nada hacen consideraciones sobre las extravagancias del diseño contemporáneo, ampliamente aplaudido en edificios de arquitectos como Rem Koolhaas, Zaha Hadid o Daniel Libeskind.



Haciendo uso de los recursos estéticos que caracterizan una de las tendencias de la arquitectura contemporánea, el trabajo de Dujardin hace una crítica sobre la banalidad de las propuestas de los arquitectos estrella, que de manera superficial en muchas ocasiones es apreciado más por la complejidad de sus formas que por el valor social que pueden tener en el contexto actual. Sin duda, una lección de arquitectura desde una perspectiva estética.














Filip Dujardin
El fotógrafo Filip Dujardin nació en la localidad de Gante, Bélgica el 14 de julio de 1971. Estudió Historia del Arte en la Universidad de Gante, y se especializó en historia de la arquitectura. Más tarde estudió fotografía en la Academia de las Artes de Gante.

A comienzos de su carrera profesional trabajó como asistente técnico de un importante fotógrafo de Magnum, Carl de Keyzer y posteriormente colaboró con Frederik Vercruysse durante seis años.

Ha realizado diversas exposiciones individuales en importantes espacios: el Museo de Arte de Chazen en Madison, Wisconsin, EUA y el Bozar en Bruselas, Bélgica. También ha participado en diversas exposiciones colectivas en diferentes ciudades del mundo: Montreal, Dresde, París, Milán y Corea del Sur.

Su trabajo forma parte de colecciones tan importantes como: la colección permanente del Museo Metropolitano de Artes Decorativas de Bélgica, el Museo de Arte Moderno de San Francisco, el Bozar en Bruselas, Bélgica y el Museo de Arte de Chazen en Madison, Wisconsin, EUA.

Su trabajo ha sido publicado en numerosos libros y revistas incluyendo: Wallpaper Wired, Casabella, Marco, Madame Figaro, Marca, Scopio y el San Francisco Chronicle.

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