El deplorable estado de las instalaciones de Rio 2016
Después de la fiesta llega la cruda. Las instalaciones olímpicas de Río 2016 están abandonadas y en mal estado. Las exigencias del Comité Olímpico Internacional crean “elefantes blancos” para los cuales no hay ideas claras sobre qué usos darles. Río no es la única: en Atenas pasó lo mismo.
Seis meses después de haber finalizado, en una serie de fotos inquietantes y depresivas, las instalaciones olímpicas de verano de 2016 en Río de Janeiro se veían sucias y abandonadas, incluyendo el legendario Estadio Maracaná.
En una ciudad que esperaba desesperadamente ser rescatada de la pobreza y la deuda al recuperar el dinero que gastaron, estos son los restos de un sueño roto.
Río 2016 se sumergió en el escándalo antes de que incluso comenzara, incluyendo un brote de virus Zika, informes de dopaje de atletas rusos, y la destitución de la presidenta Dilma Rousseff por corrupción.
La segunda ciudad más grande de Brasil tiene millones de dólares en deuda con acreedores internacionales y ahora también le debe más de 900 mil dólares a una empresa local de energía.
Piscinas turbias, el terreno desgastado y el vandalismo se pueden encontrar por todo el parque olímpico.
Los asientos han sido arrancados de la que alguna vez fue la icónica arena.
El futuro de estos edificios abandonados sigue siendo incierto, pero es poco probable que sea una alta prioridad entre la larga lista de desafíos que tiene de Río.
El estadio de Maracaná, por ejemplo, sigue cerrado debido a una disputa entre los gobiernos locales respecto de a quién corresponde pagar la cuenta de luz.
La falta de vigilancia ha permitido que grupos de vándalos invadan las instalaciones para robar o simplemente para destruir.
Sin recursos para su mantenimiento, las sedes olímpicas de Río 2016 serán solo un lindo recuerdo.
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