La silla Calvet, un diseño de un tal Gaudí
¿Cómo se gradúa un arquitecto? ¿Con el diseño de una vivienda como la Casa de la cascada, o un edificio como el Seagram Building? ¿Quizá con una silla?
Antoni Gaudí, el genio catalán, lo hizo de varias maneras: desde el diseño del
Parque Güell pasando por
La Pedrera y terminando con
la Sagrada Familia (aunque no pudo terminarla).
También hizo lo suyo en cuanto a diseño de mobiliario, faceta que muchos arquitectos exploran para lograr verdaderas obras maestras.
Prueba de ellos es la
silla Calvet, un verdadero clásico.
La silla se creó para formar parte del mobiliario de la casa del mismo nombre. El diseño data de 1902.
Fabricada en madera de roble, la silla es el resultado de un complejo estudio de ergonomía y funcionalidad. Elaborada en el Taller Casas i Bardés, la silla Calvet mide 52 x 94 x 54 y su diseño no podría ser menos orgánico que la arquitectura de Gaudí.
(Casa Calvet por Antoni Gaudí)
En el respaldo de la silla se aprecia un elegante motivo inspirado en los granos de café; su asiento en forma de trapecio cuenta con cinco agujeros que previenen la formación de grietas en la madera y que impiden que resbale el cuerpo de quien se siente en ella.
Por si fuera poco, la silla está ensamblada sin usar un solo clavo.
Como parte de la colección de muebles de la
casa Calvet, Gaudí diseñó también un sillón, un taburete, un espejo y un banco.
En una “entrevista” que la revista GQ le hizo a la silla, ella comentó: "No soy retorcida, pero no tengo ni una sola recta. Cuando Gaudí me creó, estrujaba las formas orgánicas; el genio del modernismo estaba en su etapa naturalista".
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