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A su incansable labor en el mundo de la arquitectura, el creador de la Casa de la cascada se dedicó a la enseñanza sin importar el género de sus alumnos.
A pesar de su vida convulsa y polémica, Frank Lloyd Wright dedicó buena parte de su vida a dar clases en sus “escuelas”, gracias a la creación de la Beca Taliesin, pues las “aulas” se encontraban en la serie de casas que Wright construyó a lo largo de su vida con el nombre de Talisin, algunas de ellas destruidas por incendios.
Ya desde que a espaldas de su maestro Louis Sullivan se dedicara a hacer proyectos en su casa de Oak Park, Wright contrataba mujeres como ayudantes y colaboradoras.
Para hacerse de dinero y de clientes, Wright impulsó su peculiar sistema educativo, llamado “el estilo de hacer arquitectura de Frank Lloyd Wright”, que en realidad consistía en poner a trabajar a los estudiantes (quienes pagaban por su estancia) en labores del campo, o realizando reparaciones.
Un aspecto al que no se le había dado atención es al hecho de que Wright aceptaba mujeres en su “escuela”, en una época en la que los despachos no solían contratar mujeres y las escuelas les ponían trabas.
Así, más de 100 arquitectas se formaron con Wright.
Esta historia se puede ver en el documental “A Girl Is A Fellow Here”: Women Architects in the Studio of Frank Lloyd Wright.
En el documental se muestra el trabajo de 6 arquitectas que comparten su historia y vivencias con el maestro, como Marion Mahony, Isabel Roberts, Lois Gottlieb, Jane Duncombe, Eleanore Pettersen y Read Weber.
La carrera de estas mujeres fue muy exitosa, pues construyeron casas, hospitales, iglesias, bibliotecas, teatros y bodegas, desde California hasta Florida.
Aunque no está disponible en línea, el documental puede adquirirse en bwaf.org/film-a-girl-is-a-fellow-here