La bóveda de ladrillo más grande del mundo
Forma parte de un complejo palaciego sasánida y mide 37 metros de alto por 26 metros de ancho, lo que lo convierte en un monumento único de gran importancia histórica y cultural.
El gran arco de
Ctesifonte se conoce también con el nombre de Khusrau, en honor a Taq Kisra (Cosroes), el rey sasánída para el que fue construido. De hecho, el arco es una enorme
bóveda junto a la que se alzan los restos de la mitad de lo que antaño fuera la fachada del palacio de Taq Kisra.
La bóveda mide cerca de 35 metros de alto y otros 25 metros de ancho, y antaño llegó a cubrir una sala de 50 metros de largo que en su extremo oriental quedaba al descubierto.
Asimismo su forma no es semicircular, sino
parabólica, esto es, la cara interior de los muros está ligeramente inclinada hacia dentro desde la misma base, con lo que se reduce la envergadura del arco.
La estructura entera se construyó con
ladrillos cuadrados de 30 cm de largo y 7,5 cm de grosor, dispuestos sobre una base de cemento de
yeso de secado rápido. En las secciones inferiores de los muros, los ladrillos se dispusieron en sentido horizontal, no así en la bóveda, donde se colocaron de lado para poderlos inclinar hacia dentro.
Para ser exactos, se dispusieron con un ángulo de 18 grados con respecto a la vertical, de manera que los del extremo de la sala quedaran vueltos en parte contra el muro posterior, colocando las hiladas sucesivas contra los ladrillos dispuestos inicialmente.
Existe una gran diferencia entre esta técnica de construcción y la más tradicional empleada para el arco convencional.
Si en esta última es preciso sostener el arco durante el proceso de edificación por medio de un armazón provisional de madera hasta haber completado el arco del todo, en el caso del arco de Ctesifonte, al secarse el cemento tan rápidamente, los ladrillos se adherían de inmediato a los dispuestos previamente, resistiendo sin problemas el peso relativamente ligero de la nueva hilada.
El resultado fue un arco macizo para el que no era preciso andamiaje interior alguno, una verdadera ventaja en una región donde precisamente no abunda la madera. De otro modo, Cosrocs nunca habría podido construir una bóveda de tales dimensiones.
La corona de la bóveda tiene tan sólo 1 metro de grosor, nada que ver con los 7 metros que miden los muros laterales cerca de la base. Para aliviar la tensión que debieron causar las progresivas fases de construcción de la bóveda, lo más probable es que se colocaran unos cuantos travesaños de madera en la parte inferior de los muros.
Una técnica, en definitiva, sumamente eficaz, pues, a pesar de los múltiples expolios sufridos desde su construcción, la estructura de la bóveda permaneció prácticamente intacta hasta 1888, año en que se desmoronó en parte como consecuencia de unas inundaciones.
Texto y redacción por equipo de colaboradores de Buscador de Arquitectura.
Ruta 33, Taq Kasra, el arco de Ctesifonte, (2016), Citado de ruta-33.blogspot.com/2016/04/taq-kasra-el-arco-de-ctesifonte--irak.html
Imagen principal: Bajo licencia Dominio público, Ruinas de Ctesifonte, American Colony Photo Department, Citado de es.wikipedia.org/wiki/Taq-i_Kisra
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