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Arquitectos sin miedo al color

El minimalismo ha impactado tanto el gusto de arquitectos y decoradores que muy pocos se atreven ponerle color a sus obras. Nada mejor que las superficies blancas y limpias.
Arquitectos sin miedo al color Parece que todos le tienen miedo al color.

Bajo el argumento de que hay que respetar el color propio de los materiales, como el mármol del Partenón, la tendencia sigue siendo dejar desnudo el material con que están hechos los edificios.

Muchos se sorprenderán al saber que la blancura del mármol griego estaba recubierta de colores chillantes, lo mismo que sus estatuas. [Sugiero poner aquí una foto del Partenón a colores y de una estatua griega pintada]

Afortunadamente no son pocos los arquitectos que se animan a darle color a sus proyectos.

Te presentamos 7 arquitectos sin miedo al color:

Antoni Gaudi (1852-1926)



¿Qué sería de las obras de Antoni Gaudí si el célebre arquitecto catalán las hubiera dejado sin colores? No serían lo mismo, solo formas orgánicas sin vida, ¿estás de acuerdo?



Piensa en la azotea de La Pedrera, o en la riqueza de colores del Parque Güell. El arte modernista de este genio que era admirado por Le Corbusier no puede desligarse de la profusión de formas y colores con que diseñó ventanas, muebles, chimeneas, muros, columnas.

Imagina la Sagrada Familia sin colores… sería una mole de cantera y concreto.

Luis Barragán (1902-1988)



En sus inicios, Luis Barragán creó una arquitectura racionalista en la que predominó el uso del blanco y colores primarios. Su segunda etapa, la que lo haría universalmente famoso, apostó por el uso del color presente en la arquitectura vernácula, no solo de México.



Ejemplos del uso del color en su obra: la azotea de su casa-estudio en Tacubaya, la fachada rosa mexicano de la Casa Gilardi, su última obra, o incluso, en las Torres de Satélite, obra urbana en sociedad con Mathias Goertitz.



El color es fundamental en la obra de Barragán; a pesar de que puede pensarse que usar colores equivale a ser estridente, en la obra de este arquitecto mexicano sucede todo lo contrario: el silencio que rodea a sus obras no se interrumpe con el color.

Jean Nouvel (1945)



Aunque siempre viste de impecable traje negro, a Jean Nouvel no le da miedo el color. Cuando lo usa, lo hace en serio como en La Calanque / Saint Just, un edificio de viviendas mixtas en Marsella, o el Hotel Puerta América, en Madrid, España, que reproduce todos los colores el arcoíris en su fachadas.



Este francés nacido en Fumel sabe, como pocos, usar el rojo en sus edificios.

Javier Senosiain (1948)



Este arquitecto mexicano es uno de los pocos exponentes de la corriente orgánica de la arquitectura nacional. Algunas de sus obras están construidas con la técnica de ferrocemento con el que se consiguen estructuras muy resistentes y muy livianas a la vez.



Pirámide flotante es un de sus casas más coloridas, muy en la sintonía de Luis Barragán. El Tiburón, Ballena mexicana, Conjunto Satélite o la tumba de José Alfredo Jiménez son claros ejemplos de la propuesta de este arquitecto y de su gran paleta de colores.

Jacob + Macfarlane



Parece que después de Le Corbusier la arquitectura francesa se llenó de colores, como lo demuestran los proyectos de este despacho ubicado en París. Su trabajo explora la tecnología digital como una herramienta conceptual y como un medio de producción, utilizando nuevos materiales para crear un entorno más flexible y receptivo.



Orange Cub, Euronews Headquarters y la Escuela de Danza y Drama son edificios en naranja y verde intensos, que demuestran que estos franceses no le tienen miedo al color.

MVRDV



En general se dice que los europeos son tipos fríos, pero los holandeses de este despacho con sede en Rotterdam, al menos desde su obras dicen lo contrario: The Couch es un casa club para Tennis Club IJburg, en Ámsterdam, que además sirve como gradas para 200 personas. Color: rojo intenso.



Otro ejemplo del uso de colores intensos es el Ragnarock, museo de cultura pop, rock y juvenil.



Algo parecido pasa en The Why Factory, un instituto de investigación de reciente creación liderado por MVRDV y la Universidad Tecnológica de Delft: es un edificio en naranja brillante, como la naranja mecánica.

Richard Rogers



El high tech de Richard Rogers no es frío ni monótono: es muy colorido. Su gusto por los colores lo manifestó desde su primera obra junto con Renzo Piano: el Centro Georges Pompidou.



Quizá por desconocimiento, a muchos les causó sorpresa que Richard Rogers se asociara con Ricardo Legorreta (1931-2011) para construir la Torre BBVA. En realidad se trata de dos arquitectos afines que se complementaron, cada uno desde sus visiones, para crear ese rascacielos que llama la atención por sus colores.



Entre las obras coloridas de Rogers destacan: la Terminal 4 del Aeropuerto de Barajas, Madrid, el Neo Bankside con tensores y vigas de colores, la fábrica Fleetguard o el Ching Fu Group Headquarters.


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