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Recordemos a Agustín Hernández Navarro

El 10 de noviembre de 2022, perdimos a Agustín Hernández Navarro, uno de los arquitectos más visionarios de México. Su obra revolucionó la arquitectura moderna al fusionar el simbolismo prehispánico con formas contemporáneas, dejando un legado que sigue inspirando a generaciones. Descubre cómo sus proyectos icónicos rompieron con lo tradicional y llevaron el arte arquitectónico a nuevas alturas. (Jue, 07 Nov 2024)

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“El estilo ya no existe, hay muchos sistemas constructivos” es una de las frases que lo llevaron a diseñar modelos vanguardistas que van más allá del rudimentario y poco sofisticado diseño.

Agustín Hernández Navarro fue un mexicano con amplio trayecto en el arte de la arquitectura, plasmó sus ideas en modelos altamente funcionales, obtuvo su diplomado en 1954 y desde entonces se convirtió en una figura importante en el mundo arquitectónico.

Inspirado por su cultura mexicana a través del simbolismo del arte prehispánico mezcló sus proyectos para dar formas complejas y muy elaboradas por lo que podemos hablar de sus proyectos que evolucionaron en el nuevo pensamiento arquitectónico mexicano. Su arte contemplativo ha conceptualizado pensamientos espirituales ancestrales mezclando figurativamente con el paisaje dando formas como el Colegio Militar partiendo de las bellas formas del Monte Albán y Teotihuacán, creando el concepto tensión – comprensión en sus proyectos.

Pero aún va más allá, con sus ideas altamente disciplinadas, creando verdaderas formas plausibles del arte de la arquitectura como La casa en el aire, el Centro de Meditación de Cuernavaca, la Escuela de Ballet Folklórico, utilizando el movimiento que surge del caos de las formas hasta llegar al orden de las cosas y muchos otros más cuyos espacios se abren y se cierran armonizando rítmicamente el espacio estético.

En sus formas abstractas se basaba en la fórmula del trinomio estructura – forma – fusión como la esencia de sus modelos, usando el triángulo como base de sus modelos para generar espacios.

Agustín Hernández Navarro fue galardonado y premiado en varias ocasiones por sus excelentes proyectos como con la Presea III Bienal de arquitectura en 1987 en Sofía, Bulgaria, la Presea Bienal 89 en Buenos Aires, Argentina, en 1992 ganó el Primer Premio Medalla de Oro II Bienal de Arquitectura Mexicana, y muchos otros premios como reconocimiento a su trabajo modernista.

Sus proyectos arquitectónicos son eternizados por su concepto de ver las cosas y combinar el arte ancestral prehispánico con lo moderno para dar formas sofisticadas y abstractas que hablan de un personaje que armoniza en todo y siempre siendo original en sus creaciones.

Escuela del Ballet Folklórico (1968)