La casa interminable
Localizada en España esta casa de una joven pareja se fija a ir paso por paso en su construcción debido a la situación económica.
La estructura social de las familias de este país (
España) ha cambiado en pocos años. Pau y Rocío son una pareja de jóvenes muy decididos que, recién cumplidos los 32, se embarcan en la aventura de construirse su propia vivienda.
Esta es una pequeña vivienda pensada para ellos, dimensionada y contenida, sin excesos y en continua transformación… la escasez de recursos provoca la permanente inconclusión de la obra, que se irá completando con el tiempo… este carácter de indeterminación exige un proyecto de código abierto, receptivo al cambio.
Con los mínimos recursos económicos y energéticos posibles, se propone una estructura orgánica de crecimiento controlado mediante franjas de programa que sea capaz de crecer y adaptarse.
El haber trabajado en el campo explica su fuerte vínculo con la tierra, el paisaje agrícola del Baix Camp, y su determinación por vivir en este territorio. Desde el inicio son parte activa del proceso.
Una vivienda arraigada al territorio pero a la vez flexible y transformable, preparada para absorber los cambios familiares a lo largo del tiempo.
Botarell tiene una íntima relación con los campos de cultivo adyacentes. Situado a los pies de la sierra de Prades, la morfología urbana de esta población presenta unos límites muy difusos con el campo, tradicionalmente dedicado al cultivo de la vid, las almendras, las avellanas y los olivos.
Un paisaje de secano caluroso y poco húmedo, con una luz intensa que confiere una atmósfera parecida a la de las pinturas letárgicas de De Chirico.
Esta vivienda se construye en una parcela plana con vecinos a ambos lados situada en el límite entre un ensanche moderno y el campo abierto, de manera que se entiende visualmente como una continuidad del paisaje agrícola.
Antes de entrar en la casa, se tiene la sensación de una construcción contenida en la que predomina el muro macizo sobre el vidrio, donde dos porches protegen al entrar a la casa.
La estrategia de organización de la vivienda surge de la reactivación de la estructura geométrica latente de los campos de cultivo, pensados como eficientes sistemas de bandas paralelas.
El proyecto se piensa como un dispositivo que nace de un orden paisajístico ancestral que ha organizado el territorio desde su primera culturización.
La casa corresponde a una trama genérica adaptable en cuanto a patios y aberturas a cada entorno.
El paisaje como herramienta de proyecto.
La disposición del programa en bandas funcionales transformables que ocupan la máxima dimensión transversal permitida por la normativa persigue una solución lo más económica, lógica y eficiente posible.
La vivienda se organiza en gradientes de intimidad, se muestra introvertida por el lado de la calle y por los laterales, y se abre completamente al sur para garantizar luz natural, establecer una relación próxima con el exterior, minimizar las pérdidas térmicas y proteger la vivienda del fuerte viento del norte, que llega fácilmente a los 100km/h en numerosas ocasiones durante el año.
Estas elementales operaciones persiguen la materialización de un proyecto construido con los mínimos recursos energéticos posibles.
Al reconocer la dirección del viento y la orientación solar y cómo afecta a la dimensión de las aberturas y a la disposición de la edificación en general, el arquitecto pudo entender que este proyecto era una respuesta natural al lugar.
Con la utilización de materiales de siempre como la cerámica, el acero, el concreto o la madera, se intenta minimizar los transportes, utilizando a la vez las técnicas constructivas que dominan los industriales de la zona.
Con el aprovechamiento de las energías naturales se intenta minimizar el consumo de recursos energéticos del edificio, priorizando cuestiones como la orientación, la utilización de las aguas pluviales para el riego del huerto o los flujos de ventilación gracias a la posición de ventanas y puertas alineadas.
Esta vivienda está proyectada para un paisaje, una cultura, y unas personas concretas, en contacto con la tierra, y, a la vez, quiere ser sistema abierto y elástico, una estructura sencilla y flexible, multiplicable, reprogramable, que debería ser capaz de crecer junto a las necesidades de sus habitantes, completándose poco a poco, pensada para afrontar las turbulencias económico-sociales de los próximos años.
Localización: Botarell,
Tarragona, España
Arquitecto:
Arnau Tiñena.
Arquitecto técnico: Josep Anguera.
Empresa constructora: Construcciones Manuel Velarde MVC.
Presupuesto Ejecución Material: 132.437€
Superfície: 148,18 M2.
Año: 2010-2013.
Fotografias: Maria Rius, Jordi Ramos, Arnau Tiñena.
Arnau Tiñena
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