Vivienda con muebles de concreto: Casa Pedroso
Con una ubicación envidiable, los arquitectos de esta casa crearon un proyecto que se adapta a su entorno natural con pocos materiales.
Esta
casa es el resultado de un proceso que inició en 2004. El objetivo: construir una casa de veraneo en el bosque de Mar Azul.
Para aprovechar la oportunidad de intervenir un sitio de importante valor paisajístico, se propusieron alternativas de diseño que consideraran el cuidado de ese entorno natural como premisa insoslayable.
La respuesta fue la proposición de una arquitectura de mínimos recursos tanto materiales como formales, no sólo como elección estética sino como principio ético de valorización de un uso más racional de los variados recursos disponibles.
Esta arquitectura “despojada” debía incorporarse al paisaje con voluntad de pertenencia, buscando integrarse a esa realidad preexistente.
Así se decidió crear una envolvente de dos únicos materiales:
concreto y vidrio, para resolver la integración con el paisaje y responder a los temas formales, estructurales, funcionales, de acabados y de mantenimiento.
Una propuesta estético constructiva como prototipo
La arquitectura preocupada por integrarse al ambiente que la origina, y alejada de los estereotipos de las arquitecturas del lugar, ha encontrado muy buena aceptación.
Este enfoque plantea un interrogante: cómo resolver el tema de la repetición de esa misma propuesta.
La conclusión es que, si la solución resuelve con solvencia tanto la integración con su entorno cómo los requerimientos estéticos, de uso y de mantenimiento, parece lógico y éticamente correcto seguir repitiendo esta propuesta como un prototipo y con cada nuevo encargo tratar de concentrarse en resolver los usos específicos requeridos y las singularidades topográficas y de forestación del recorte del territorio en cuestión.
De esta manera el propósito de cada nuevo proyecto sería instalar cada vez con más fuerza –ayudados por la trascendencia- el concepto de que lo que se construye en ese bosque no rompa con la unidad paisajista de ese ambiente, insistiendo en encontrar la manera de transformar cada casa en “nido o madriguera”.
En ocasiones se tiene la impresión que las casas de concreto aparente son frías debido a la monotonía del material y su acabado, demasiado rugoso o que da la sensación de agresivo.
Al observar este proyecto lo primero que hay que destacar es su composición, pues no es sólo una caja sino una integración de volúmenes que también se adaptan al terreno.
Por otro lado, lejos de ser monolítica, la casa está totalmente abierta gracias a sus grandes superficies de vidrio.
Gracias a su orientación, cuando amanece, la luz se cuela mediante una serie de ventanas horizontales, creando contrastes muy llamativos
Vale la pena analizar cada fotografía para, además, comprobar la calidad de obra.
Con estos conceptos fue pensada y construida la
Casa Pedroso.
A continuación, se transcribe la memoria del proyecto, elaborada por la arquitecta María Victoria Besonías
El lugar
Un terreno en esquina de pequeñas dimensiones ubicado en el bosque de Mar Azul cuyas particularidades son: dimensiones reducidas, concentración de la forestación (pinos marítimos de gran porte) en el extremo próximo a la esquina y una diferencia brusca de nivel entre ese sector (el más elevado del lote) y el extremo opuesto, de 2.50 metros.
Otro dato importante es que sólo el lado más largo del lote tiene acceso a nivel de la calle y que se enfrenta a un sector sin arboleda y con abundantes pastizales de manera que sobre ese frente el lote se encuentra muy expuesto a las vistas.
El encargo
Un matrimonio con un hijo mayor solicita una casa de dos dormitorios que no superara los 100 metros cuadrados, pensada para ser usada fundamentalmente en verano y ocasionalmente durante todo el año.
Debía contar con dos dormitorios, dos baños de medidas mínimas y un lugar de uso común (con la cocina integrada) lo más generoso posible. Fue especialmente destacada la necesidad de disponer de importantes expansiones al aire libre. También se requería un depósito para guardar diferentes elementos de playa.
La propuesta
La particularidad del lote otorga singularidad a esta casa.
Su relieve y la cantidad, calidad y posición de la arboleda fueron cuestiones determinantes de dos decisiones fundamentales de proyecto: por un lado, ubicar la vivienda tratando de preservar la totalidad de la arboleda existente y por ello paralela al lado más largo, accesible desde una de las calles y por el otro la de elevar la zona social y de acceso de la vivienda respecto de esa calle para conseguir privacidad y para relacionarse mejor con la parte más elevada del lote.
Como consecuencia de estas decisiones pareció adecuado resolver los dormitorios en dos plantas, cada una a medio nivel respecto de la zona social y ubicadas de forma perpendicular a la misma.
La casa queda así definida por medio de dos volúmenes incrustados entre sí y formando una ele que encierra expansiones a diferentes niveles.
De esta manera todos los ambientes en contacto con el terreno se prolongan al exterior mediante decks a diferentes alturas relacionados entre sí con una escalera exterior de hormigón.
La organización funcional
Se entra a la planta principal de la casa salvando un desnivel a través de una escalera de concreto. Una vez atravesada la puerta de entrada y desde un pequeño hall se observan los dos tramos de escaleras que llevan, medio nivel hacia arriba, a uno de los dormitorios y un baño de uso común y medio nivel hacia abajo y semienterrado en el médano, al dormitorio principal con un sector para ser usado como escritorio y un baño también de uso común.
Desde este dormitorio se puede salir a un patio y ascender por una escalera a la expansión de la planta principal y desde allí al sector más elevado y arbolado del lote.
La zona social de la casa está francamente abierta a dicha expansión y con vistas a través del sector de la cocina a la arboleda, a la vez que permanece protegido de las vistas desde la calle mediante una abertura baja a lo largo de todo el frente.
La construcción
La casa está construida con tres materiales básicos: concreto aparente, vidrio y tablas de madera de pino para los deck.
Las losas de los diferentes volúmenes apoyan mediante tabiques y vigas de concreto aparente y están terminadas con una pendiente mínima para que se produzca rápidamente el escurrimiento del agua de lluvia.
Se utilizó un concreto H21 con el agregado de un fluidificante para que esta mezcla con escasa cantidad de agua al fraguar, resulte de mucha compacidad y no requiera de impermeabilización.
Los escasos tabiques interiores de ladrillos huecos están revocados y pintados, el piso es de paños de alisado de cemento divididos por planchuelas de aluminio. Las aberturas son de aluminio anodizado color bronce oscuro.
El sistema de calefacción, dado que no existe gas natural en la zona, se resolvió con un sistema que combina un hogar, estufas a gas envasado y estufas eléctricas. Toda la madera fue protegida con varias manos de aceite quemado.
Mobiliario
Salvo la cama matrimonial y los sillones y sillas el resto del equipamiento de esta vivienda está resuelto en concreto. Incluso las camas del dormitorio secundario son losas perforadas resueltas en voladizo.
Proyecto: Casa Pedroso
Arquitectos: María Victoria Besonias y Luciano Kruk
Ubicación: Mar Azul, Provincia de
Buenos Aires,
Argentina Colaboradores: Diorella Fortunati
Superficie del terreno: 333 m2
Superficie construida: 95 m2
Año: 2012
Fotos: Gustavo Sosa Pinilla
Besonias Almeida Arquitectos
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