Armonía en vidrio / Peter Zumthor
Este edificio cubierto en vidrio en su fachada y las escaleras que lo recorren da una sensación de movimiento continuo, sin duda una de las mejores ejemplos como se debe emplear el vidrio en vistas principales.
La Kunsthaus de
Bregenz, obra de
Peter Zumthor y ganadora del premio
Mies Van der Rohe, se revela tanto por la forma y el espacio como por el tratamiento de la luz y la materia, donde el detalle y el rigor alcanzan una importancia extrema en la definición de la obra y de la idea conceptual.
Esta galería alberga exposiciones temporales de arte moderno y está ubicada en Bregenz, una pequeña ciudad alpina de
Austria, a orillas del lago Constanza.
El edificio, de seis plantas (dos de ellas subterráneas), está construido esencialmente de dos materiales: hormigón y vidrio y forma parte de un proyecto en el que también se incluye otro de dos plantas en el que están las oficinas y servicios del museo.
Ambos edificios dialogan y forman una nueva plaza peatonal a la que pertenece también un teatro antiguo.
El exterior del edificio principal se reviste en placas de vidrio sobre un soporte de estructura metálica, permitiendo el ingreso de aire y luz; desde el exterior puede observarse esta transparencia ya que las escaleras se revelan a los visitantes que se aproximan por la plaza.
A pesar de esta aparente frialdad exterior, el interior de este edificio minimalista, caracterizado por el color y la textura de las paredes de metal pulido, proporciona un ambiente puro y acogedor.
“Construyo desde la experiencia del mundo” Peter Zumthor.
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