Abstracción en la arquitectura
¿A qué se refiere este término que a veces crea confusiones en el campo de la arquitectura? Aquí te decimos qué es y con algunos ejemplos.
La
abstracción en la
arquitectura, como tendencia y patrón, podría ser considerada como nacida en el siglo XX y es símbolo inequívoco de lo que se conoce como modernidad.
El término abstracción ha sido utilizado en demasía, frecuentemente de forma inexacta dentro de la arquitectura, pero en su concepto más puro implica una tendencia que ha resultado inspiradora y prolífica en los últimos tiempos. Si hablamos del siglo XX es necesario mencionar el notorio triunfo de la abstracción por sobre la mímesis, entendida esta última como la replicación casi fiel de lo existente.
La abstracción per-se implica algunas variaciones conceptuales según el arte o la ciencia que la incluya en su sistema o cúmulo de nociones, sin embargo, el término tiene una característica inamovible, imperecedera y común a cualquier disciplina que lo utilice, y esta característica apela a lo esencial, en realidad a la búsqueda de los esencial.
La abstracción en la arquitectura es una búsqueda de la esencia, la arquitectura sería inconcebible sin el proceso mental de la abstracción, mediante el cual se ponderan las características de un objeto arquitectónico, de esta forma el grado de abstracción queda determinado por la fuerza y exactitud de la búsqueda, incluso por encima de lo fundamental, como adecuación al lugar, geometría o proporción.
Haciendo un poco de historia, la tesis doctoral de Wilhem Worringer, Abstraktion und Einfühlung, de 1908 vendría a ser el equivalente de la Improvisación de Kandinsky, la cual es el punto de partida del arte abstracto.
Worringer explica que mediante la abstracción, se sustrae al objeto del mundo exterior, alejándolo de toda interdependencia y de esta forma se le acerca a su valor verdadero, inmutable y básico, evitando de esta forma el caos y lo arbitrario, la abstracción termina finalmente acercándonos a la esencia más básica y pura de las cosas.
De acuerdo con el arquitecto indio Pashmeena Vikramjit Ghom del Sinhgad College of Architecture, en su texto “Use of Abstraction in Architectural Design Process” el propósito de la abstracción es simplificar la naturaleza, extraer la lógica primaria para la expresión del diseño.
A través de la abstracción, el poder complejo de los fenómenos naturales se puede reducir, estudiar de forma simplificada y cambiar a posibilidades de diseño dinámico.
El artista primero distingue los fenómenos, o la apariencia de las cosas, y luego a través de la intuición reconoce las ideas de diseño.
Mediante un método de ver, visualizar, dibujar y abstraer, el proceso continúa, en una serie de etapas, para extraer un elemento de diseño básico.
La continuación de las etapas de abstracción conduce a dos direcciones básicas de diseño.
La primera dirección de diseño conduce a un elemento de diseño abstraído para el diseño bidimensional.
La segunda dirección de diseño extiende el proceso de abstracción a un nivel superior para arquitectura y diseño tridimensional.
Estas dos posibilidades de diseño parten de la naturaleza, pero cada etapa del proceso deja a la naturaleza más alejada; así como un cuerpo puede morir, el espíritu vive.
En el proceso de diseño, cuantas más repeticiones, más se obtiene de la naturaleza. Al final, no queda mucho de la naturaleza, pero lo que queda es el espíritu, la fuente misma.
El poder de la abstracción procede del espíritu de la naturaleza, a la creatividad de la mente humana, y finalmente a una forma de arte.
Pabellón Barcelona de
Mies van der Rohe
La abstracción en la arquitectura se diferencia de aquella perteneciente al arte en algunos puntos concretos, en arquitectura la abstracción ha de ajustarse a algunos planteamientos iniciales, utilizar los medios disponibles y depender de la posibilidad de materializar el concepto en una construcción final, sin esto, obviamente la arquitectura sería un sinsentido.
Improvisación de Kandinsky
Ejemplos de lo que ha generado la abstracción en la arquitectura son la Casa Shroeder en Utrecht del genial
Gerrit Rietveld y el Pabellón Barcelona de Mies van der Rohe, ambos casos con grandes ventanales, relación fluida y amplia entre exterior e interior y horizontalidad de asimetría en voladizos y zócalos, ambos ejemplos pertenecen al neoplasticismo en el que la casa tradicional con esquema de caja cerrada se reemplazó con elementos abstractos y maquinistas.
Casa Shroeder,Gerrit Rietveld; Utrecht
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