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Las propuestas ganadoras para los Pabellones de la Feria de las Culturas Amigas
La Feria de las Culturas Amigas ha sido testimonio de encuentros dinámicos y simbólicos entre la cultura y las tradiciones de varios países, reforzando los lazos de simpatía que nos unen con otras naciones.
La “Feria de las Culturas Amigas (FCA)” empezó a organizarse en 2009, cuando el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México encomendó a la Coordinación General de Asuntos Internacionales (CGAI) la creación “de un proyecto de diplomacia cultural que incentivara el uso del espacio público entre los habitantes de la Ciudad de México, una vez superada la contingencia sanitaria por el virus de la influenza AH1N1”.
Así surgió la primera edición de esta feria, que convocó 50 embajadas.
La feria presentó espacios de exhibición cultural, en los cuales las distintas representaciones diplomáticas “harían gala de las costumbres, tradiciones y riqueza cultural originarias de sus países”.
La primera sede fue Avenida Paseo de la Reforma, donde se originó un “corredor cultural”.
El éxito de la feria consolidó su organización anual, por lo que tras 5 ediciones se decidió llevarla al zócalo de la Ciudad de México en 2014.
Este traslado “planteó la reinvención de este importante evento en términos de propuestas, contenidos y programación”, por lo que se pensó en crear pabellones bien pensados y diseñados.
Así, PRODUCTORA se convirtió en el primer despacho de arquitectos en diseñar el pabellón para dicha feria.
El concepto del pabellón fue la migración, representada mediante una pasarela elevada para mirar desde arriba el zócalo.
Un juego de rampas, balcones y pasillo envolvían un triángulo equilátero de 8 metros de diámetro, en cuyo interior se organizó una exposición.
En 2015, MMX ganó el concurso para el nuevo pabellón, que en este caso contaba con 3 naves que creaban un espacio vacío al centro.
Las tres naves fueron creadas con andamios que daban forma a un módulo triangular. Con lonas se creaban zonas de sombras para los visitantes, y para los espacios de exposición.
En total, se concibió un área de 6,000 metros cuadrados con formas parecidas al origami.
Para el 2016, la propuesta ganadora fue la de los arquitectos Ambrosi | Etchegaray| Etchegaray con votación unánime del jurado.
La intervención consistió en una estructura efímera sobre el Zócalo capitalino, para el festival cultural en un área de 8,545 metros cuadrados.
Fernanda Canales, miembro del jurado, dijo que esta propuesta ganó "debido al carácter jerárquico de su diseño y al interés en una solución que rompe con el formato frecuente reticular-cuadricular de los stands y ofrece tres alternativas de recorrido: un vacío circular al interior como oasis que resalta los monumentos históricos del Zócalo, una calle intermedia con un recorrido en un segundo nivel de altura y un exterior continuo".
La propuesta de estos arquitectos invitaba a experimentar la propuesta en el interior de una feria que expone a las distintas culturas, logrando cierto espacio incluyente y de contención, que responde a los recorridos peatonales, en grandes explanadas y que pretende representar de manera simbólica la unidad y universalidad en el esquema.
El modelo se componía por un módulo tipo, que en su repetición incluía 2 circunferencias para 100 stands, todos con características similares, de 25 metros cuadrados, con vista hacia el Zócalo y también al interior del pasaje cultural con doble altura.
El sistema estructural se basó en andamios, en donde los únicos módulos diferentes correspondían a los ajustes.
La estructura se unificaba con la composición de los costales de yute, que hacían referencia a la unidad comercial de canje en los orígenes comerciales y culturales.
El programa de la Feria incluyó un foro artístico ubicado en respuesta a la vialidad con menor flujo vehicular, logrando que el proyecto se desplazara hacia el Palacio Nacional para recibir el flujo peatonal principal.
El pabellón de la Ciudad de México se colocó al centro de la propuesta, entendido como un lugar de múltiples usos, con foros, andadores elevados, lugares de sombra y un gran mezzanine que circunda la feria desde la doble altura.
La composición geométrica, símbolo de unidad, fue resultado de una estructura ligera que representaba la pluralidad de los distintos países en un solo gesto y una sola materialidad que en conjunto tienen diversos significados.
El esquema radial creaba un recorrido continuo y a la vez lúdico, invitando a salir por otra parte a entrar del Zócalo a la Feria y viceversa, es así como el espacio de la Feria de las Culturas Amigas acoge y recibe a los distintos países y a sus invitados.
Para el 2017, Colectivo UNO diseñó el nuevo pabellón, de 4 plazas que se definían mediante 3 cuerpos curvos para crear distintas escalas, condiciones y ambientes.
En estas curvas se colocaron los 94 stands para las embajadas y servicios.
Se usó el color para distinguir cada cuerpo: azul para la curva poniente; rojo para el sur, con un foro para conciertos; verde para el Pabellón CDMX, donde se proyectaron películas
Y se realizaron conferencias.
Conocido como Paseo Parián, el conjunto era un espacio abierto, permeable y múltiple “para promover la hospitalidad y la diversidad”.
Los arquitectos de TO resultaron los ganadores de la edición 2018. El diseño de José Amozurrutia y Carlos Facio llamado UR, “se inspiró en el desarrollo común de diferentes civilizaciones alrededor del mundo”.
UR significaba ciudad para los sumerios, que pasó al vocablo latino urbs que dio origen a la palabra urbe.
La distribución se organizó en una retícula hacia adentro de la plaza, para liberar las esquinas del zócalo.
Con 10 pirámides truncadas que libraban claros de 400 metros cuadrados, sin apoyos intermedios, la vista desde el cielo creaba una especie de “manta huichola, un tejido maori o un mandala tibetano”.
Sin que cada pabellón cumpliera con una función única, cada espacio se creó como polivalente.
Este año, la Feria de las Culturas Amigas se lleva a cabo en Chapultepec, con 3 pabellones Pabellón de la Diversidad, Pabellón de la Ciudad de México y Pabellón de la Gastronomía.
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