Monumento de las víctimas del comunismo en Estonia / Armin Valter + Joel Kopli
El proyecto se sitúa al norte de la costa acantilada de piedra caliza cerca de la ciudad Paldiski, que fue una base cerrada militar de submarinos nucleares en la época soviética, su diseño intenta revitalizar el lugar y traer más conciencia a la gente de la región.
El monumento toma inspiración de un fuerte sentimiento meta físico en el paisaje. El proyecto del monumento contiene rasgos simbólicos, los cuales deben ser descubiertos por los visitantes. Tiene 20m de profundidad y 20m de diámetro el agujero, que se corta en el acantilado de piedra. Mientras que al interior, a los visitantes los rodea como una cortina de acero en época soviética.
La escalera de caracol se conduce desde el nivel superior hasta el fondo, como un elemento de incertidumbre, que era común en la sociedad soviética. Al pasar por la escalera, los visitantes no ven el principio o fin de esta, esto conduce a una jornada sin conocer la longitud ni posición en el camino, al igual que las emociones que se pasaban bajo el régimen comunista.
Como la historia ha demostrado, hay siempre una luz de esperanza para la libertad. Por lo que el monumento tiene un elemento para representar esta emoción. Al estar de pie al interior del monumento, en la parte inferior del gran agujero, revestido con ladrillos que son reciclados de edificios abandonados de la antigua época soviética, el visitante puede ver el pasaje al oeste y el mar a través de este. El pasaje de 66m de largo va a través del acantilado de piedra caliza, que llega hasta el mar en el final de éste.
El pasaje está apuntado exactamente al oeste, de manera que hay dos días en el año cuando el sol brilla a través éste minutos antes de ocultarse en el mar. En el solsticio de primavera y otoño el sol ilumina la placa conmemorativa en la pared opuesta del este, estos son los rayos de luz y esperanza para la libertad. La placa conmemorativa en el muro este representa la ocupación comunista en
Estonia, que vino desde el este. El mar que está al oeste es sinónimo d de libertad, un mundo libre que siempre estuvo al oeste de Estonia.
En medio del monumento hay un lugar para velas, colocadas libremente en el suelo lo que forma un movimiento, cambiando la instalación de la luz. Además en los muros hay ladrillos que sobresalen ocasionalmente de la pared, creando pequeños estantes para las velas. Esto en conjunto es como un pequeño microcosmos, un modelo del mundo metafísico en nuestras mentes, rodeado por luz de velas como chispas de soles desvanecidos. Sin embargo, siempre habrá un rayo de luz, que marca el camino hacia la libertad y que sólo se debe de encontrar.
Arquitecto:
Armin Valter +
Joel Kopli
Proyecto:
Memorial of the Victims of Communism in Estonia
Ubicación: Paldiski, Estonia
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